Por Agroempresario.com
Argentina da un paso decisivo en el sector energético con la construcción del Vaca Muerta Oleoducto Sur (VMOS), el proyecto de infraestructura más ambicioso en la historia del país. Con una inversión superior a los 2.500 millones de dólares, este oleoducto tiene el potencial de transformar la industria petrolera nacional, con expectativas de generar exportaciones anuales por más de 21.000 millones de dólares. El VMOS busca triplicar la producción de petróleo en el país, alcanzando 1,5 millones de barriles diarios, lo que podría posicionar a Argentina como uno de los principales actores exportadores de la región.
Este proyecto tiene como objetivo resolver una de las principales limitaciones históricas de la industria: el cuello de botella en la evacuación del crudo producido en Vaca Muerta. Durante años, esta restricción ha frenado el crecimiento de las exportaciones, dificultando el acceso a los mercados internacionales. La infraestructura del oleoducto permitirá transportar el crudo de manera más eficiente, reduciendo costos logísticos y mejorando la competitividad del petróleo argentino.
El oleoducto está dividido en dos tramos principales. El primero, que ya está en ejecución, conecta Loma Campana con Allen y tiene un avance del 50%. Esta etapa, de 130 kilómetros, representa una inversión de 200 millones de dólares. La segunda fase, que se extenderá hasta Punta Colorada, en Río Negro, requerirá más de 2.500 millones de dólares y cubrirá aspectos cruciales como tanques de almacenamiento con capacidad de 600.000 metros cúbicos, estaciones de bombeo y monoboyas para operar con los grandes buques VLCC, capaces de transportar hasta 2 millones de barriles. Esta infraestructura clave reducirá los costos de transporte por barril en hasta tres dólares, además de garantizar la continuidad de las exportaciones.
Con una capacidad inicial proyectada de 180.000 barriles diarios para 2026, el VMOS tiene el potencial de incrementar gradualmente su volumen de transporte hasta superar los 700.000 barriles diarios en 2028. Este crecimiento no solo permitirá a Argentina expandir su capacidad exportadora, sino también aumentar la producción interna, posicionándose entre los principales exportadores de la región, superando a países como Colombia y Ecuador. La democratización del acceso a este oleoducto, mediante tarifas competitivas y un sistema transparente, beneficiará también a pequeñas petroleras, permitiéndoles acceder al circuito exportador.
El financiamiento del proyecto combina aportes privados con créditos de mercados locales e internacionales, lo que reduce la dependencia del sector público. El Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) proporciona un marco fiscal y regulatorio predecible, facilitando el acceso a créditos internacionales a largo plazo. Con una inversión total estimada en más de 3.200 millones de dólares, el proyecto refuerza la estabilidad del sector y sienta las bases para futuras inversiones en infraestructura energética y logística.
Con el VMOS en funcionamiento, Argentina consolidará su papel como exportador energético clave en la región. El aumento en la producción y la mejora de la competitividad en las exportaciones creará un entorno favorable para atraer nuevas inversiones y diversificar mercados. Este avance no solo fortalecerá el sector energético, sino también la infraestructura logística, consolidando la base para el crecimiento económico y el desarrollo del comercio exterior en el país.