El programa de formación en oficios impulsado por el Ministerio de Seguridad y Justicia, en colaboración con instituciones como el Iscamen, brinda a personas privadas de libertad la oportunidad de capacitarse y adquirir herramientas para su reinserción social y laboral. A través de convenios como este, se fomenta un modelo de gestión que prioriza la producción intramuros, la sostenibilidad y el impacto positivo en la comunidad.
En el marco de este programa, se entregaron 2.000 prendas destinadas al personal de la Bioplanta de Santa Rosa, diseñadas específicamente para las exigencias de campo y laboratorio. Estas prendas, elaboradas con materiales reciclados, no solo cumplen con los requerimientos operativos del Iscamen, sino que también representan un esfuerzo conjunto para promover la economía penitenciaria y reducir el tiempo ocioso en contextos de encierro.
Ana María es una de las costureras que participó en la confección de esta indumentaria. Su trabajo, más que un oficio, simboliza una nueva posibilidad. Desde que se incorporó al programa, ha encontrado en la capacitación y el trabajo una herramienta para construir un futuro diferente. Como ella, más de 3.500 personas privadas de libertad en Mendoza participan en actividades laborales dentro del sistema penitenciario, lo que genera beneficios directos tanto para las empresas como para sus familias.
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Experiencias como las de Ana María, con el apoyo y la colaboración de empresas como Xinca, destacan la importancia de la inversión en talleres productivos y la participación del sector privado en estas iniciativas. Este programa, gestionado por la Unidad de Producción Penitenciaria, fomenta la sostenibilidad económica y ambiental y contribuye a la seguridad pública al reducir las probabilidades de reincidencia, abriendo puertas a un futuro lleno de nuevas oportunidades.
Xinca es una empresa textil y de calzado que comenzó hace 12 años y lleva casi 8 trabajando en el Penal de San Felipe, participando activamente en este proceso de inclusión laboral. Su propietario, Exequiel Gatti, explicó cómo ha evolucionado la colaboración con el sistema penitenciario: “A través del convenio incorporamos gente que está capacitándose en Almafuerte II, donde también estamos instalando una línea textil dedicada solo para la ropa”.
Gatti también destacó el impacto positivo de la colaboración con el Iscamen, que se comprometió como compradora de los productos, lo que abrió nuevas oportunidades para los internos. Por último, resaltó la importancia de que personas que han estado privadas de la libertad hoy capaciten a quienes aún lo están. “Hoy estamos en un proceso en el cual hay mujeres que han recuperado su libertad y están trabajando en este tipo de procesos. Además, se han sumado a capacitar a internas en Almafuerte II, que es uno de los proyectos que estamos implementando”, finalizó.