El bicho bolita enciende una luz amarilla en campos bajo riego

En tiempos en que el cambio climático está provocando cambios en los regímenes de lluvias, en muchos casos con escasez de las mismas, muchos productores avanzan en la decisión de invertir en tecnologías de riego.

Pero esta decisión no está exenta de riesgos: hay también muchas plagas que proliferan bajo condiciones de mayor humedad.

Es el caso del denominado “bicho bolita”. Se trata de un insecto con fuerte incidencia en el norte de Córdoba, y desde una de las compañías que le siguen pisada aseguran que “puede producir daños enormes”.

“Siempre se vinculó al norte provincial con esta problemática y hoy vemos otra parte de la provincia donde está presente. Se trata de campos de regantes. Allí todos los años se hacen aplicaciones en el 100% de los lotes”, indicó Gabriel Guevara, responsable técnico y comercial de Agriglobal para Córdoba.

La empresa estuvo presente en el último Congreso Internacional de Maíz, que se realizó en Córdoba. Allí Guevara expresó que los productores de la zona que se lanzarán a la campaña “ya lo tienen en cuenta”.

“El bicho bolita ataca a muchos cultivos. Si bien siempre se hizo foco en soja, nosotros este año vimos muchísimos lotes donde se tuvieron que resembrar muchas hectáreas”, analizó.

Los problemas del Bicho Bolita

La situación genera grandes pérdidas para los productores. Se trata de un crustáceo adaptado a la vida terrestre que se encuentra frecuentemente en espacios verdes como campos, jardines y huertas.

“Creo que si nosotros tenemos presente la plaga con un buen monitoreo antes de la siembra, podemos ahorrarnos un problema enorme por el costo de aplicación para su control”, indicó

Además, Guevara señaló que durante 2024 se observaron “ataques de caracol y de babosas”.

“Hay zonas donde hay que tener cuidado: vimos lotes de garbanzo con problemas de caracol y sabemos que son cultivos de nicho, donde la calidad a cosecha es fundamental y no podemos perder dinero y calidad por esta plaga”, expuso.

Y sostuvo: “El seguimiento es fundamental porque si el caracol sube a la planta es muy difícil que baje y controlarlo después”.

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