Reconocimiento a la innovación en fertilización variable

l proyecto busca innovar el uso de la maquinaria existente desarrollando nuevas tecnologías de aplicación variable de insumos. Se trata del diseño de un prototipo de fertilizadora variable que se adapta a la maquinaria agrícola existente y que, gracias al seguimiento satelital, permite dosificar agroquímicos de acuerdo a las prescripciones realizadas por un ingeniero agrónomo en base a mediciones previas.

Las mediciones que determinan la prescripción son los mapeos de suelos y de vigor, realizados con sensores de alta tecnología. La consultoría agronómica permite analizar el desarrollo vegetativo y recomendar el seguimiento de acuerdo a las variables medidas.

Agropraxes, la empresa que desarrolla el prototipo, a través de agricultura de precisión, mide y ambienta las capacidades de los recursos naturales y el manejo de los cultivos. La problemática del sector reside en que para mejorar las calidades productivas depende mucho, entre otros factores, del recurso humano. Estas nuevas fertilizadoras lograrán una aplicación de agroquímicos acorde a las necesidades del cultivo y los objetivos de producción.

En términos de mejoras la implementación y ejecución del proyecto permite la optimización en el uso de los insumos, disminución de la contaminación ambiental por reducción del uso de agroquímicos de entre un 30% a un 80%, ahorro del recurso hídrico, menor utilización de mano de obra. Todas estas ventajas redundan, además, en un beneficio económico para el productor que ahorra dinero en un mismo período.

Sebastián Riera, Ph.D. Agricultural Economics y socio fundador de AgroPraxes S.R.L., el desarrollo de las fertilizadoras "fue posible gracias al convenio firmado entre el COFECyT, la Universidad Nacional de Cuyo, el Instituto de Desarrollo Rural de Mendoza, el gobierno de la provincia y Agropraxes. El COFECyT nos brindó el financiamiento, pero además nos ayudó a mejorar la formulación del proyecto, sumar alternativas y entender el alcance".

Riera, explicó que esta tecnología "existe en los sistemas agrícolas extensivos, como la soja, el sorgo o el maíz, pero no ha sido adaptada a los sistemas intensivos como los hortícolas, frutícolas, o viticultura debido a la escasa rentabilidad, la escala incipiente y a que son cultivos que demandan una mayor dedicación por parte del productor. Por eso intentamos impulsar este proyecto no solo para que sea más innovador y eficaz sino para que pueda ser aplicable por productores de cultivos menos rentables".

En Argentina se pierden y desperdician cada año 16 millones de toneladas de alimentos, de las cuales 14,5 millones corresponden a pérdidas (etapas de producción, almacenamiento, transporte y procesamiento) y 1,5 millones a desperdicio (comercialización y consumo). La cadena de alimentos con mayores pérdidas y desperdicios es la de las hortalizas: 42,1%. Para aportar soluciones a esta problemática, el Concurso #SinDesperdicioHortícola, otorga financiamiento no reembolsable y mentoría personalizada a soluciones innovadoras, viables y con impacto a los desafíos planteados.

El concurso es organizado por la Secretaria de Gobierno de Agroindustria, a través del Programa Nacional de Reducción de Pérdida y Desperdicio de Alimentos y el Banco Interamericano de Desarrollo, a través de la plataforma #SinDesperdicio y su Innovation Lab (I_Lab), con el apoyo de IBM y la Red Argentina de Bancos de Alimentos.

El proyecto de Agropraxes, financiado por el COFECyT, recibió una importante distinción en el "#Desafío2" del concurso. Al respecto, Riera relató parte del proceso y dio sus sensaciones: "nosotros nos postulamos con el proyecto de la fertilizadora y el manejo sustentable y consciente de los cultivos hortícolas. De los 160 postulantes de América Latina, el hecho de haber quedado entre los 12 finalistas y entre los 6 del ámbito de ahorro de agroquímicos es un gran reconocimiento que indica que vamos por el camino correcto".

Por último, Riera analizó las dificultades de los productores de sistemas agrícolas intensivos y mencionó las ventajas que aporta el proyecto para poder superarlas: "Los productores de sistemas agrícolas intensivos forman un entramado complejo que presenta barreras económicas, culturales, financieras y ancestrales que no hacen del todo fácil introducir un sistema innovador sin tener en cuenta estas circunstancias. La fertilizadora cumple con estas condiciones porque se adapta de forma automática a la maquinaria ya existente que tienen los productores, achicando las barreras culturales que existen con los productores más tecnificados".

Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación