l proyecto de cooperación entre Aapresid y el Banco Africano de Desarrollo (AfDB) está orientado a la capacitación e incorporación de tecnologías en agricultores de la república de Guinea. Imagen: Aapresid.
El productor agropecuario Nicolás Bronzovich es agrónomo, miembro de la Regional Mar del Plata-Fangio de Aapresid y socio de Juraj SRL, empresa familiar de producción y servicios agropecuarios.
El mencionado fue uno de los elegidos para liderar un proyecto de cooperación entre Aapresid y el Banco Africano de Desarrollo (AfDB) orientado a la capacitación e incorporación de tecnologías en agricultores de la república de Guinea, estado situado en la costa oeste de África.
“Mi interés por participar del proyecto en Guinea radica en que estaba en la búsqueda de nuevos desafíos técnicos, saciar mi curiosidad por conocer paisajes, idiomas y culturas y ‘agriculturas’ diferentes”, explicó el entrevistado miembro de Aapresid.
También fue motivador el hecho de extrapolar a otras latitudes un sistema de agricultura sustentable en siembra directa de éxito probado en Argentina.
“Hay una cuestión de convicción de los valores de Aapresid que se reafirma a la hora de poner a prueba nuestra misión en nuevos contextos”, aseveró el agricultor bonaerense.
Recabar conocimientos en tierras excluidas fue uno de los objetivos principales del proyecto creado por la entidad. Por ello Bronzovich explica que la mayor lección fue confirmar que la Agronomía es una ciencia integradora.
“Por definición la Agronomía se conforma de aspectos y disciplinas diversas, donde lo vinculado a conocimientos ‘blandos’ juega un rol central. Sin embargo, estos suelen dejarse de lado por estructuras organizacionales burocráticas o rígidas que terminan, sin quererlo, atentando contra la sustentabilidad”, comprendió el líder del proyecto.
La capacidad de evolución y adaptación a los cambios, la resiliencia, la robustez de todo sistema agronómico sustentable requiere en igual medida de nuestra capacidad de integración ágil, inteligente y diversa.
Comparando los sistemas guineano y argentino, el investigador se sorprendió de la similitud de las problemáticas de fondo.
“En definitiva estamos hablando de dos países que comparten limitaciones de financiamiento, infraestructura, logística, entre otras”, reconoció.
En el otro extremo, “la mayor diferencia es quizás que nuestro país es agroalimentario por excelencia. Si bien tiene mucho potencial, Guinea es un país importador de alimentos”.
El productor agropecuario Nicolás Bronzovich trabaja en el proyecto recabando información en Guinea con el objetivo de sumar conocimientos técnicos.
Sin embargo, se atreve a afirmar que la población guineana sabe más de agricultura que la nuestra. “Esto se debe en parte a que los guineanos se autoabastecen de alimentos en una proporción importante. La contraparte de esto es que no interpretan la agricultura y la producción de alimentos como un negocio, ni su potencial para generar riqueza”, confió argumentando.
Es justamente allí donde la iniciativa de Aapresid puede hacer su mayor aporte. “Estamos buscando junto a los productores locales explorar el potencial de desarrollo del sector agroalimentario desde lo técnico-productivo y económico, a través de la tecnología, el conocimiento y la producción en escala”, dijo el entrevistado.
Esto se traduce en el desarrollo de la mano de obra calificada y la mejora de la calidad de vida de las personas, por ejemplo, gracias a la mecanización de labores.
En Guinea, el cultivo por excelencia es el arroz, seguido en menor escala por el maíz, maní, sorgo, palma, algo de soja y mijo. También es un importante productor de mango y frutales como ananá.
Mirando en perspectiva, Bronzovich es consciente de que la iniciativa de Aapresid apunta a trazar un camino.
“Pensando que aun en Argentina estamos lejos de sistemas enteramente sustentables, no conviene apresurarse. El objetivo es marcar un norte, un camino dinámico que iremos modificando sobre la marcha.
“Nuestro rol más importante es el de impulsar los procesos de adopción y adaptación del conocimiento a la realidad local”, expresa con entusiasmo.
En este sentido, el financiamiento es un factor determinante: incorporar conocimiento implica siempre una inversión, y en un contexto de agricultura de autoabastecimiento, financiarse es difícil.
En línea con esto, el técnico asegura que para las próximas etapas se buscará una mayor participación de actores privados.
“A la luz de los primeros datos el espacio de mejora para la soja es muy importante”, asegura. Es por eso que en las próximas etapas se espera seguir trabajando en ajustar aspectos de nutrición, uso de fitosanitarios, manejo de plagas, fechas de siembra, ciclos, variedades, entre otros aspectos productivos.
El ABC Rural