Consideraciones a tener en cuenta para la implantación de forrajeras

Con la próxima llegada del otoño, muchos ganaderos o productores mixtos están pensando en recuperar la producción forrajera con siembras para pastoreo, aprovechando las lluvias de esta estación del año.

De todas formas, los técnicos aconsejan tener en cuenta determinadas consideraciones antes de tomar una decisión. En primer lugar, un especialista del sur santafecino recomienda esperar que llegue una lluvia importante, de aproximadamente 100 mm, para que recargue el perfil y se pueda sembrar avena. Además, es importante tener en cuenta la residualidad de los herbicidas que se utilizaron el año pasado; por lo general, se necesitan alrededor de 600 mm para que se laven.

Cuando se tome la decisión del cultivo a implantar, es necesario pensar en el cultivo posterior, además del pronóstico de lluvias. Es decir, si, por ejemplo se sembrará girasol en el ciclo 2018/19, para pastoreo de invierno podría sembrarse centeno porque desocupa temprano el lote; en cambio, si se tiene pensado sembrar maíz tardío, puede implantarse una avena de ciclo más largo ahora.

En cuanto a la protección de la semilla, se necesita aplicar Carbendazin, Thiram u otro fungicida para proteger a las plántulas. Estos productos pueden también aplicarse a los cultivos de servicio implantados en otoño para lograr una acumulación de nitrógeno para el cultivo que le siga y, así, producir biomasa que aporte nutrientes al suelo.

Con las inundaciones ocurridas durante el invierno y la primavera, sumadas a la sequía de verano, suelen aparecer sectores sin vegetación en los suelos, con sales en la superficie (quedan una vez evaporada el agua). En estas condiciones, puede aplicarse 150 kilos por hectárea de yeso en la línea de siembra lo cual mejorará las condiciones de implantación durante tres meses aproximadamente.