l gobierno argentino prepara un planteo a Brasil por la bajante de los ríos Paraná, Uruguay e Iguazú. Funcionarios nacionales reclamarán la apertura de compuertas para contribuir a la recuperación de caudales. La acción se decidió luego de evaluar los efectos en la actividad en represas, puertos, vías fluviales y tomas de agua de la Argentina.
El faltante de agua en los ríos provocó los caudales más bajos de los últimos noventa años. Esta situación desembocaría en un reclamo formal de la Argentina ante Brasil por el cierre de las compuertas de sus numerosas represas. La intercepción fue decidida luego de analizar la acción del país vecino. “La decisión de Brasil impacta de manera directa en el servicio de energía eléctrica y obliga al sistema local a utilizar gas natural, una fuente de generación más cara”, indican los técnicos.
Los funcionarios representantes de la provincia de Misiones ante el Parlamento del Mercosur (Parlasur), Cecilia Britto y Julia Argentina Perié, presentaron un proyecto en el que pidieron articular acciones con Cancillería. El objetivo central es solicitar al gobierno brasileño una reapertura de compuertas en sus represas instaladas en las cuencas afluentes de los ríos Paraná, Uruguay e Iguazú.
Tras una reunión con los técnicos que fiscalizan la represa Itaipú (compartida por Brasil y Paraguay, sobre el Río Paraná; es la hidroeléctrica más grande del mundo), el canciller Felipe Solá pedirá un informe a Brasil, según lo adelantó ante el Congreso sesionando por videoconferencia.
Esta bajante histórica en los cursos de agua provocó el “secado” de las Cataratas del Iguazú, perjudicando a las ciudades misioneras de Puerto Iguazú y Jardín de América. De acuerdo a lo descripto por las autoridades locales, dado que las bombas están ubicadas por encima del nivel del río, ambas localidades presentan inconvenientes en el servicio de agua potable.
Las represas hidroeléctricas argentinas Yacyretá (que se comparte con Paraguay sobre el río Paraná, frente a Corrientes) y Salto Grande (con Uruguay, frente a Entre Ríos) operan a media capacidad, mientras que los puertos de Rosario (Santa Fe) muestran bancos de arena. “En las últimas semanas, esta situación ha producido mayores costos energéticos y logísticos para la Argentina”, afirmaron desde Cancillería.