Desarrollo Económico & Social / Proyectos de Inversión Inmobiliaria

Productores agrícolas retornan a la inversión en ladrillos

Expertos coinciden en que las restricciones de compra de dólares, e incluso la falta de stock de vehículos y maquinarias, llevaron a los productores a invertir en propiedades

Productores agrícolas retornan a la inversión en ladrillos
lunes 05 de octubre de 2020
M

uchos productores agropecuarios decidieron volcar su inversión al rubro inmobiliario. El principal factor que promueve esta iniciativa es la recesión de los valores de las propiedades que quedaron rezagados frente a los principales granos, lo que las convierte en una alternativa de resguardo de capital a mediano plazo frente a las restricciones cambiarias.

Un trabajo del consultor Ramiro Farías señala que, fuera de la faz productiva, los inmuebles son una posibilidad de inversión: la cantidad de soja y maíz necesarios para construir una casa en Córdoba, por ejemplo, cayó un 9% y un 17%, respectivamente, en la comparación interanual. Lo más interesante surge al comparar frente a los valores históricos, ya que se necesita vender un 60% menos de trigo, maíz o soja para realizar esa inversión.

“Puede estar relacionado al freno que vive la actividad de la construcción desde mayo de 2018, momento en que comenzaron los movimientos bruscos en el tipo de cambio y la inestabilidad financiera, agravada con las restricciones cambiarias impuestas tras las PASO, aspectos que se agudizaron con la aparición del COVID-19 y las últimas medidas impositivas que impactan en el mercado de cambios, así como el endurecimiento del cepo”, reflexiona Farías.

El desarrollista Lucas Salim, de Proaco, explica que frente a las restricciones de compra de dólares, e incluso por la falta de stock de vehículos y de maquinarias, los productores “buscan dolarizar sus excedentes en pesos” con propiedades.

“Estamos con precios que resultan muy interesantes frente a la mejora de los valores de productos del campo; es una buena posibilidad, ya que con menos granos pueden invertir más y mejor. Pero también es cierto que la sequía genera mal humor. Estamos muy expectantes”, apunta Roque Lenti, de la desarrollista GNI, que está lanzando la cuarta y última torre del proyecto en Río Cuarto, donde tienen un convenio con cooperativas del sector agropecuario. “Entendemos que es el sector que puede traccionar en compras inmobiliarias”, agrega.

En tanto, Tomás Juárez Beltrán, desde la inmobiliaria Juárez Beltrán, aporta que hay una reactivación del mercado por la caída de los precios que, estima, encontraron un piso. Incluso, explica que hay una diversificación de las operaciones, no solo focalizadas en departamentos para alquilar. “No hay un vuelco importante de productores agropecuarios por fuera de la lógica general, pero sí hay operaciones en general de quienes ya tienen experiencia. No se ve lo mismo que en años anteriores, cuando era más masivo”, afirma.

 

Maquinaria agrícola como inversión

Por otra parte, del reporte de Farías se desprende que entre las alternativas productivas de inversión se encuentra la compra de maquinaria agrícola, tanto para productores como para contratistas agropecuarios. Para la compra de tractores, la cantidad de soja y maíz requerida se redujo entre un 11% y un 19%, respectivamente, frente al 2019, mientras que para adquirir una cosechadora las caídas fueron del 8% en soja y del 16% en maíz. Sin embargo, aclara que en términos históricos la relación de precios es desfavorable para todos los granos.

En el caso de la compra de terneros para invernada y vaquillonas para tambo, el poder adquisitivo de los principales productos agrícolas disminuyó pese al repunte de los precios en los últimos 30 días y de exhibir mejores cotizaciones frente a septiembre de 2019.

Por ejemplo, a la hora de comprar terneros para invernada, es necesario vender un 55% más de trigo, 19% más de maíz y 30% más de soja que un año atrás. Con todo, la relación continúa levemente favorable para los granos al compararlo frente al promedio histórico.

En lo referente al rodeo para tambos, la compra de una vaquillona Holando preñada se encareció interanualmente un 47% frente al trigo, un 13% en el caso del maíz y un 23% en soja.

“Las nuevas inversiones ganaderas presentan un contexto altamente desfavorable, ya que no solo están caras las categorías principales de los rodeos, sino que el aumento del precio de los granos, principalmente el maíz, llevaron la rentabilidad a terreno negativo o a márgenes económicos muy ajustados”, resume Farías.

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