Las nuevas variedades de trigo impulsadas en las últimas campañas mejoraron el rendimiento del cultivo, particularmente en el norte de la zona pampeana.
De acuerdo a Jorge Bassi, vicepresidente de Fertilizar, el reto de esas variedades es conseguir contenidos de gluten y proteína que los autoricen como trigos de molienda directa, debido a que con manejo tradicional otorgan buenos rendimientos pero su calidad no es la mejor.
Asimismo, el ejecutivo mencionó que en la campaña 2016/2017 se efectuó un ensayo en el que se sembró un ciclo largo en condiciones de campo, con una base de fertilizante de 20 kg/Ha de fósforo y 14 kg/Ha de azufre. El primero se complementó con 100 kg/Ha de MAP y el segundo con 78 kg/Ha de yeso.
Luego, indicó que se le fueron añadiendo dosis cada vez más grandes de nitrógeno (N) en forma gradual. La idea era pasar de los 38 kg/Ha de N que poseía el suelo originalmente a 150 kg/Ha primero y, en una segunda instancia, a 300 kg/Ha.
Según Bassi, “el ajuste a 150 kg/Ha de N disponible, que implicó agregar 243 kg/Ha de urea, elevó el rendimiento a 6.550 kg/Ha logrando, a su vez, un incremento en la proteína a un valor de 10,1%”, mientras que “la dosis máxima, equivalente a 570 kg/Ha de urea o 8º9 kg/Ha de UAN, generó un salto de rendimiento y calidad, logrando 7.900 kg/Ha con 11,3% de proteína”.
En la misma línea, expresó que “recién a las dosis máximas del ensayo logramos optimizar rendimiento y calidad, pero cabe aclarar que estas dosis son muy superiores a las actualmente utilizadas en nuestro país”.