Mejoras e Instalaciones / Riego & Drenaje

Modificaciones directas derivadas de las obras de riego

Distintos tipos de riegos

Modificaciones directas derivadas de las obras de riego
miércoles 07 de octubre de 2020

Existen tres métodos básicos de riego:

  • por gravedad, que puede ser por: inundación superficial, o humidificación parcial mediante el cultivo en surcos;
  • aspersión,
  • por goteo y microirrigación.

Todos estos métodos, pero en especial el primero, suponen un trabajo previo importante de preparación del suelo y efectos posteriores inherentes a su funcionamiento.

La forma más simple de riego consiste en la inundación de las tierras dejando que el agua sea guiada exclusivamente por la pendiente del terreno, a manta (wild-flooding). Sin embargo, este método de riego es el más ineficiente; se estima que más de 50% del agua se pierde por filtraciones lejos de las raíces de las plantas o por fugas fuera de los campos regados. Para corregir estas ineficiencias el método más socorrido es el de la nivelación previa de los terrenos a regar. Los métodos modernos implican nivelaciones cuidadosas con la remoción de tierra, que puede ser de elevadas cantidades por hectárea, el cálculo y diseño de las gradientes para permitir la distribución y percolación uniforme del agua por sobre todo el terreno. La nivelación no sólo disminuye el consumo de agua, sino que además reduce los riesgos de anegamiento y de erosión y contribuye al mayor rendimiento por unidad de tierra cultivada.

En el trópico las selvas tropicales y subtropicales son taladas y eliminadas al comenzar el proyecto de riego, y también en zonas áridas o semiáridas se elimina importante vegetación; en este caso se trata de chaparrales, mezquitales, monte bajo, artemisas, etc. Rocas, piedras, pequeños arbustos pueden ser removidos por el arado o por métodos relativamente simples con pocas alteraciones del suelo, pero vegetaciones espesas de grandes árboles con profundas y extendidas raíces, como las del trópico húmedo, requieren de bulldozers, tractores y eventualmente, del uso de explosivos que abren grandes cráteres en la tierra. Una vez limpiado el espacio se lleva a cabo un trabajo de nivelación para asegurar una distribución uniforme del agua. En los países desarrollados o en las grandes haciendas y plantaciones del mundo en desarrollo estas obras se efectúan con el auxilio de maquinaria pesada: tractores, bulldozers etc., en países en desarrollo se recurre al uso de mano de obra, carretas tiradas por bueyes y formas simples de nivelación.

En algunos casos el terreno nivelado es rodeado de terraplenes formando pequeñas dársenas o estanques que se llenan con agua y se caracterizan por su lenta percolación: es la forma típica de cultivo de arroz en casi todo Asia (paddy rice). Esta forma de riego de nivelación de tierras y construcción de pequeñas dársenas transforma el paisaje original en una sucesión de superficies claramente discernibles, un mosaico de rectángulos; unas épocas del año se tiene la imagen de la sucesión de piscinas o estanques, en otras de un mosaico de rectángulos de diferentes tonalidades verdes. A menudo estos estanques se dan en forma escalonada en suaves pendientes, son los paisajes frecuentes de Lejano Oriente y sus cultivos de arroz.

Con este método prácticamente la totalidad de la superficie es inundada en el momento del riego. En condiciones ecológicas y climáticas diferentes, se recurre en cambio a un sistema de surcos, cuyo gradiente es cuidadosamente planeado y el flujo de agua controlado. En este caso los campos se mojan sólo parcialmente, se tienen extensas superficies corrugadas, onduladas, con delgadas filas paralelas de plantas más o menos espaciadas, dependiendo del tipo de cultivo, que parten de zanjas superiores.

En los casos de riego por aspersión, el agua es rociada sobre los cultivos como una fina lluvia. En estos casos, los trabajos de nivelación son menos importantes, el sistema se adapta a terrenos ondulados, más o menos profundos o porosos que impiden una distribución de agua por los métodos tradicionales de riego superficial. El sistema permite un riego mucho más uniforme que por gravedad, la eficiencia se eleva a casi 70%. En este caso las pérdidas se deben a la evaporación, en particular en zonas muy secas o muy ventosas. Para evitar estas pérdidas el método LEPA (low energy precision application, desarrollado en Estados Unidos) modifica la aspersión clásica por la conducción del agua hasta muy cerca de las plantas mediante tuberías plásticas que caen verticalmente de los brazos del pilote. Este sistema ahorra además entre 20% y 30% de energía respecto al sistema clásico de aspersión. Se estima que estas mejoras permiten elevar la eficiencia a más de 90%.

El impacto sobre el ecosistema depende en gran medida de si el sistema de aspersión es fijo o móvil. La combinación de un pivote central de distribución y brazos rotatorios definen un patrón de círculos verdes, amarillos u ocres, dependiendo de la estación, sobre el fondo de colores típicos del paisaje original, tal como nos lo revelan las fotografías aéreas de cultivos cerealeros, particularmente en las grandes planicies norteamericanas.

Los sistemas de riego por goteo y microrriego consisten en extensas redes de tuberías plásticas de diámetro reducido que conducen en forma controlada pequeños flujos de agua directamente a la planta mediante surtidores laterales y verticales. Estos sistemas no necesitan grandes trabajos de preparación y nivelación de tierras, se adaptan a diferentes topografías, laderas, terrenos profundos, con escasa pendiente u ondulados, así como a diversos tipos de suelos, desde aquellos arenosos a los con abundantes piedras y rocas. Es una forma de riego particularmente conveniente para los cultivos de hortalizas y frutales. Las pérdidas por filtraciones o por evaporación se reducen apreciablemente, se estima que el ahorro de agua es de 20% a 25% respecto al riego por aspersión y de 40% a 60% respecto a los riegos por gravedad.

Esta forma de riego se ha expandido en los últimos veinte años y en algunos casos representa una porción considerable de la superficie regada del país como en Israel, que aumentó entre 1974 y 1982 el área regada por este sistema de poco más de 6 000 a 104 000 hectáreas, que representan 49% del área regada total del país. Otros países en los cuales el microrriego por goteo se ha difundido son Estados Unidos, con más de 606 000 hectáreas en 1991; España, con 160 000 hectáreas, equivalentes a 4.8% del total regado del país, Sudafrica, Australia, México, Egipto, etc. El total regado por este método se estimaba en 1991 en 1.6 millones de hectáreas, aproximadamente 0.7% del total de la superficie regada mundial.

 

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