El alcaucil platense, la estrella del invierno

Traído del Viejo Continente, se adaptó perfectamente al suelo de La Plata y, de hecho, la ciudad de las diagonales es donde hoy crece el 60% de la producción nacional y es considerada su capital

El alcaucil platense, la estrella del invierno
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i padre me contó que cuando él desembarcó en 1939, huyendo de la guerra en Italia, había algunos lotes de alcachofas en la zona”, recuerda Alberto Pate, vicepresidente de la Asociación de Productores Hortícolas de La Plata (APHLP). Habrán sido de los primeros cultivos, ya que, en el ministerio de Agroindustria, remontan a los años 50 el principio de esta actividad hortícola. Desde que tiene uso de la memoria, junto con su padre, y luego con su hermano, Pate cultivó la cynara scolymus, el cardo domesticado alcaucil o alcachofa.

 

Distinguido con el sello de Indicación Geográfica 

Hortaliza clave en la cocina de las culturas mediterráneas, también preciada por sus virtudes medicinales, –combate el colesterol y es un eficiente diurético– el alcaucil es una flor que se consume desde la Antigüedad. A la Argentina, llega en barco con los inmigrantes españoles, franceses e italianos del siglo 20. Cosechado de mayo a octubre en la latitudes rioplatenses, se convirtió en cultivo emblemático de La Plata, a tal punto de recibir la distinción de Indicación Geográfica (IG)  “Alcauciles Platenses” de parte de la Secretaría de Agregado de Valor de la cartera de Miguel Etchevehere en 2016.

Actualmente se cultivan alrededor de 1350 hectáreas de la planta perenne. El 60% se cultiva en La Plata, donde se concentra el 97% de la producción de la provincia de Buenos Aires, según consigna la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).  La planta que puede llegar a medir hasta dos metros de altura también crece en Cuyo, Rosario y Mar del Plata, pero su primer contacto con el suelo argentino fue en el cinturón verde de La Plata, que sigue siendo su tierra de más arraigo.

 

Menos superficie por la misma cosecha 

“La época de auge fue en los años 60 y 70, ahí diría que fue cuando más superficie plantada hubo”, recuerda el dirigente de la Asociación de Horticultores. Sin embargo, esto no significa que la producción haya disminuido, sino que los cultivos rinden más. “Hoy con los sistemas de riego por goteo, los herbicidas y el resto, se puede lograr que las plantas florezcan mucho más”, compara el experto. Pate intentó cultivar el alcaucil en otras regiones del país, “pero no era lo mismo. Con mi hermano probamos en Mar del Plata, en Mendoza, en Rosario, pero la mejor tierra para esto es en La Plata”.

Entre los puntos a favor, destaca que es una especie bastante resistente, sin muchas plagas. Sugiere que no se produce más por ser un cultivo anual que ocupa la tierra durante dos o tres años, que es el rendimiento óptimo de la planta. “Con la intensificación de la producción en el campo, la gente que tiene pocas tierras busca algo como la lechuga o el tomate que da todo el año”.

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