En Hamburgo, Alemania, un viñedo ofrece una edición limitada de vinos muy exclusivos: Brute. Más allá de lo asombrosa que es la producción de vid en un terreno tan frío, lluvioso y ventoso, una característica que distingue a este vino es la etiqueta de la botella, ya que contiene los datos del clima durante la temporada de crecimiento de las uvas utilizadas para la elaboración del producto embotellado.
Todo aquél que conozca de vinos, sabe que el terroir es un elemento fundamental en la esencia de la bebida; esto incluye el suelo, la lluvia, la radiación solar, el viento, entre otras cosas. La mayoría de las bodegas excluye estos datos en las etiquetas. Pero Brute, liderado por Leon Zijlstra y Jörn Andresen, teniendo en cuenta la importancia del clima (más considerando lo excepcional que es la posibilidad de producir vino en un lugar como Hamburgo), supo ir más allá con la información compartida con el consumidor.
El viñedo cuenta con distintos sensores que recopilan la información correspondiente al viento, la lluvia y la temperatura. Esta data se puede visualizar en su página web www.brute-wine.com en tiempo real. La empresa de branding, Landor, y el director creativo Patrik Huebner son los responsables de su creación.