De acuerdo a lo previsto por el Consejo Internacional de Granos, la producción global de cebada disminuiría por tercer año consecutivo, situándose alrededor de las 142 millones de toneladas.
De esta manera, la producción sería la menor de los últimos seis años, debido principalmente a las sequías registradas en Europa. En Francia y Alemania, los rendimiento de los trigos de invierno se vieron perjudicados por la sequía y el calor; en Ucrania, los rindes de invierno se asemejan a los registrados la anterior campaña, pero la cosecha de primavera sería decepcionante; y en Rusia, la productividad disminuyó un 20%.
A su vez, por la baja en la oferta, es esperable una disminución del consumo, especialmente de cebada forrajera. El comercio, por su parte, seguirá con buen ritmo, en gran medida por la demanda constante de China.
Para el ciclo 2018/2019, la relación stock-consumo a nivel global sería del 15%, la más baja de los últimos veintitrés años.
A nivel local, la cebada cerraría con márgenes parecidos o incluso superiores a los del trigo en algunas zonas, por lo que el nivel de producción superaría las cuatro millones de toneladas. De esa manera, se enviarían al exterior entre 2,5 y 2,7 millones de toneladas.
En relación a la adquisición anticipada de mercadería, la misma se halla muy activa. A principios de agosto, el sector declaró compras por un total de 1,12 millones de toneladas, contra las 348.000 toneladas registradas en igual período del año pasado.