Por qué no debes sacar las avellanas de la bolsa y meterlas en un tarro

Son un fruto seco rico principalmente en grasa, fibra y vitamina E, pero deben ser sustitutas de otros alimentos como frutas, verduras o alimentos proteicos

Por qué no debes sacar las avellanas de la bolsa y meterlas en un tarro
E

s de los snacks más saludables que conocemos. De hecho, las avellanas vienen a ser uno de los alimentos para «matar el gusanillo» perfectos porque además de ser saciantes, podemos llevarlas en una bolsita y comerlas en cualquier lugar. Ahora que se está intentando poner fin al teletrabajo y volver a las oficinas, redacciones o escuelas, entre otros, no se nos ocurre un aperitivo mejor.

Junto con las castañas o nueces, las avellanas son un fruto seco rico principalmente en grasa, fibra y vitamina E. Concretamente, alrededor de un 64% de ellas es grasa, pero, tal como indica la dietista-nutricionista María Sanchidrián Lavado, «no hay que asustarse porque la gran mayoría de esta es monoinsaturada y es cardiosaludable». Además, los frutos secos son muy saciantes y, al contrario de lo que se piensa, contribuyen a prevenir la obesidad, ya que además de no invitar a una ingesta excesiva por su saciedad, no todas sus calorías son absorbidas a nivel digestivo y no pueden ser aprovechadas por el organismo. También contienen proteínas, pero por su pequeño aporte por ración, no se puede decir que sean un alimento proteico.

 

¿Se come la piel de la avellana?

Tenemos la manía de pelar la fruta y desprendernos de la piel, y este es un hábito que no aconsejan los expertos en nutrición. Por ejemplo, hay muchas frutas cuyas pieles se pueden comer, y solo haría falta limpiar correctamente la pieza. Y sabemos también que la piel de las cebollas, que no se puede ingerir, se puede utilizar para infusiones o decolorar algunos tejidos. Con las avellanas ocurre algo parecido: La piel adherida a las avellanas se puede comer, y aporta más fibra, pero la cáscara dura que la envuelve no se debería comer.

«Si se deja la avellana con la cáscara esta aumenta su conservación durante más tiempo. Algo que es interesante señalar es que los frutos secos en general vienen envasados en atmósfera protectora que los protege de la oxidación, y una vez abiertos se indica en el paquete que deben ser consumidos en el plazo de una semana. Por eso no se deben abrir las bolsas de frutos secos para dejarlos en un tarro si no se van a empezar a comer en el momento», explica la experta.

 

Propiedades nutricionales

Las avellanas contienen minerales, vitaminas y antioxidantes útiles para nosotros, y por ello ayudan a tener buena salud y a prevenir el envejecimiento, contribuyendo a la antioxidación y a la antiinflamación. «Se trata de uno de los frutos secos más ricos en vitamina E, un potente antioxidante, pero tampoco debemos fijarnos en un nutriente concreto para determinar si un alimento es saludable o no ya que los alimentos no procesados contienen un sinfín de nutrientes y de compuestos bioactivos que favorecen nuestra salud, y no podemos separarlos en sus componentes. El todo es más que la suma de las partes, y nada tiene que ver un multivitamínico con un alimento», aclara la nutricionista.

Y aunque se trate de un picoteo o snack saludable, su límite de ingesta está en no desplazar otros alimentos interesantes de la alimentación. La experta en nutrición María Sanchidrián Lavado no aconseja el consumo de avellanas como sustituto de otros: «No por comer avellanas hay que dejar de comer fruta, verdura o alimentos proteicos». Quiere advertir la experta que, por ejemplo, que si después de comer muchas avellanas por la tarde no tenemos ganas de cenar y dejamos de comer verdura con pescado, carne o legumbres porque nos hemos saciado mucho, éste sería un claro ejemplo de mal hábito. «Dentro de una alimentación variada se pueden incluir varios puñados de avellanas a diario sin problema, pero si elegimos la versión en vez de la tostada será mejor opción porque hará que tengamos que masticar más y nos saciaremos antes, por lo que no invitará a un consumo desmedido de avellanas como snack», aclara.

 

No son de fácil digestión

Las avellanas no tienen ninguna contraindicación en personas sanas, aunque evidentemente los que sean alérgicos a ellas no pueden consumirlas. Sin embargo, existe otra advertencia por parte de la dietista-nutricionista: «Como todos los frutos secos, son lentas de digerir, por lo que no están indicadas en dietas blandas o para personas con problemas gástricos que requieren digestiones ligeras».

 

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