Bernardo Cané: "La cadena de la carne debe estar motivada desde la demanda internacional"

El consultor Bernardo Cané remarcó la importancia de que haya una mayor integración entre las cadenas, focalizándose en las urgencias de la cadena cárnica. “Tenemos que pensar de qué manera podemos cambiar los paradigmas y usar casos exitosos en el sector agropecuario para repetirlos”, expresó Cané, y puso como ejemplo lo realizado durante la lucha contra la aftosa.

En ese entonces había ciertos paradigmas que se daban por sentado, como el hecho de que no se podía conocer el stock de hacienda y que la enfermedad era “una barrera para-arancelaria” que las grandes potencias usaban como excusa “para no permitir el ingreso de la carne argentina a sus mercados”, explicó.

Finalmente, se logró erradicar la enfermedad porque se construyó una visión estratégica. “Se entendió quiénes eran los responsables, tanto del Estado como privados, qué deberíamos hacer y, sobre todo, cuál era la relación de costo-beneficio”, indicó el consultor, a la vez que manifestó que, para lograr el objetivo, se realizó una alianza muy importante entre los gobiernos provinciales, los productores y los usuarios.

De esta manera, Cané consideró que “la cadena de la carne debe estar motivada desde la demanda internacional y no desde la demanda doméstica, que en la práctica disminuye los niveles de exigencia, de efectividad, de seguridad alimentaria y de competitividad, y lleva a tener malos resultados”.

En la misma línea, sostuvo que, a pesar de que “la cadena de la carne vende US$20.000 millones al año”, siendo una de las más influyentes en la economía del país, su principal debilidad es que “no tiene sobre sí misma una valoración elevada”, es decir que “no sabe o no entiende el poder que tiene una cadena”.

Asimismo, señaló que es un “segmento industrial con poco agregado de valor e inversión por producto vendido”, si se lo compara con la industria avícola y la porcina, que tienen más mano de obra intensiva.

En algún momento, la Argentina llegó a ser el segundo exportador mundial de carnes. Hoy, lamentablemente, estamos muy lejos de serlo. Cané explicó que los países que lideran el ranking de exportaciones son Brasil, Estados Unidos y Australia. Además, dentro de la región latinoamericana, destacó el desempeño de Uruguay, que “es líder en exportación por calidad de su carne, por sanidad y por trazabilidad; elementos que la Argentina tuvo y que, hoy, no lidera”, y el de Paraguay, que es “líder en relación al volumen, por el desarrollo de nuevas fronteras ganaderas”.

Por otro lado, expresó que “para el 2050, tendremos 9.000 o 10.000 millones de habitantes, de los cuales al menos 700 millones van a estar radicados aún en las zonas rurales”, a la vez que advirtió que “va a haber cerca de 800 millones de personas con hambre”, por lo que nuestro país, como gran productor de alimentos que es, va a tener una gran oportunidad de abastecer al mundo.

No obstante, afirmó que “un tercio del alimento producido se desperdicia en el transporte, en el proceso minorista o en la casa”. Por ello, manifestó que “la Argentina debe volver a ser competitiva en el negocio de la carne” y que, para hacerlo, debe poner el foco en el NEA y el NOA, es decir, provincias como Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa. “Nuestra ganadería debe ir hacia esas zonas, donde el valor de la tierra permite desarrollos nuevos e importantes”, aseguró.

Asimismo, se refirió a las pérdidas que se dan por la desintegración de la cadena cárnica. Según Cané, el principal problema es que “en la Argentina, y en la carne en particular, no existe un modelo de contrato a futuro entre productor, comercializadora e industria”.

Por último, Cané remarcó que “el ganadero debe entender cómo es el proceso industrial y qué quiere el consumidor”, es decir que debe interiorizarse en todas las etapas y no quedarse sólo en la producción. “La Argentina tiene las condiciones de mercado, de marca y de capacidad de producción, le falta ordenarse”, concluyó.