Daniel Tardito: "La agroindustria argentina es modelo y estándar en el mundo"

En medio de la creciente demanda de alimentos a nivel mundial, la Argentina fue en busca de inversores extranjeros que vengan al país a desarrollar el yacimiento petrolífero Vaca Muerta, ubicado en la cuenca neuquina –formada por las provincias de Neuquén, Río Negro, Mendoza y La Pampa-.

Ese fue el marco que utilizó Daniel Tardito, director de DTG, para su disertación en el congreso “Argentina, Supermercado del Mundo”, en el que remarcó que el país no puede ser ajeno a la necesidad de generar mayor cantidad de alimentos para poder abastecer al mundo.

En ese sentido, Tardito sostuvo que, desde el punto de vista de la producción agroindustrial, “el centro geopolítico es la generación de alimentos”, a la vez que expresó que los países de la zona del Golfo Árabe se están empezando a quedar sin agua. “Para ellos el agua es algo fósil, como para nosotros es el petróleo. No es renovable”, afirmó.

Asimismo, expresó que, en medio de los anuncios de inversiones en Vaca Muerta por parte de diversas empresas internacionales, se legisló la Ley de Extranjerización de Tierras. “¿Qué diferencia hay entre que venga un extranjero, tome una hectárea, la explote, haga fracking, obtenga petróleo no convencional, y que en la hectárea de al lado un extranjero produzca trigo o carne?”, se preguntó.

En ese sentido, el ejecutivo sostuvo que “el petróleo y el gas, más allá de las estimaciones que hay de producción, tarde o temprano se van a extinguir”, mientras que “la producción de carne y de trigo es infinita, en la medida en que se realicen con las tecnologías sustentables” disponibles en el mundo.

“Hoy, Argentina tiene bajo producción unas treinta millones de hectáreas. Con el 30% de lo que se gasta en Vaca Muerta, podríamos aumentar la superficie en un 50%”, es decir que tendríamos alrededor de quince millones de hectáreas más, afirmó. Y subrayó: “Con un 50% de la inversión en Vaca Muerta, podríamos duplicar la producción argentina”.

En la misma línea, aseguró que “la agroindustria argentina es modelo y estándar en el mundo”, razón por la cual no entiende por qué el país sigue “insistiendo en querer fabricar computadoras y celulares, que son los más caros del mundo” cuando, justamente, “el campo es la industria más eficiente de la Argentina”. En este punto, dijo que los chinos son capaces de “producir cualquier cosa más barata que el resto de los países, excepto los alimentos que produce la Argentina”.

Según Tardito, no sólo “tenemos la mejor carne del mundo porque contamos con cien años de selección genética”, lo que hace que “los mejores genetistas del mundo vengan a vernos a nosotros”, sino que también “tenemos la mejor tecnología en producción de soja del mundo”.

Sin embargo, señaló que a pesar de tener un enorme potencial, no le damos a la agroindustria el lugar que merece por su influencia en la economía nacional. En contraste, expuso lo que ocurre en Nueva Zelanda que, con una superficie menor a la de la provincia de Santa Cruz, en la que habitan cuatro millones de personas, interviene en un tercio del comercio de la lechería mundial. “La Argentina es diez veces el tamaño y la potencialidad de Nueva Zelanda, y tenemos dificultades para tomar leche”, aseveró.

Por último, Tardito se refirió a la capacidad que tiene el país, no sólo para producir alimentos, sino también para generar energías renovables, por lo que consideró necesario que tanto el Gobierno como las empresas inviertan más en ello. “No hay mejor pantalla solar que una planta, ya que transformamos energía solar y dióxido de carbono en biomasa, y esa biomasa puede ser aceite, proteína animal o vegetal, o puede ser energía. El petróleo no va a generar energía”, concluyó.