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fortunadamente no todas son malas noticias. En medio de la situación de emergencia sanitaria por Covid-19, el sector agrícola continúa su actividad y se obtienen resultados alentadores para el futuro productivo. Así sucedió con un cultivo de tomate para industria en Finca Giten (Montecaseros, San Martín) que superó los índices de rendimiento promedio obteniendo alrededor de 150 mil kg/Ha, con sectores que alcanzaron los 180 mil kg/Ha.
Tal como cuenta el ingeniero agrónomo Pablo Riera, "la idea de esta siembra nace del Ing. Agr. Fabio Aset de RPB SA, quien me propuso asesorar un cultivo que alcanzara un máximo nivel de rendimiento y rentabilidad bajo los conceptos de sostenibilidad e inocuidad de producto, para compartir la experiencia con productores de la zona y demostrar los beneficios del tomate de industria, un cultivo que tiene muy buen potencial de desarrollo en nuestro país".
Pablo afirma que el éxito de un cultivo siempre se basa en tres factores: riego, nutrición y trabajo en equipo, pero sin este último nada es posible. Así lo asegura con emoción que se refleja en sus ojos: "El equipo de la Finca Giten trabaja con un nivel de compromiso y conciencia superior, y en esta ocasión se potenció con el equipo de RPB, Tomate 2000 y todas las empresas proveedoras". Desde la fecha de trasplante (principios de diciembre de 2019) se realizó un seguimiento continuo del cultivo y esto, afirma, es esencial para replantear decisiones agronómicas en base a la evolución y necesidades del mismo. Además, el productor destacó la incidencia del riego y la nutrición en el éxito del cultivo, donde resulta fundamental evaluar la calidad de los fertilizantes y el momento exacto de aplicación, siempre haciendo un uso racional de los recursos.
El decreto de cuarentena obligatoria coincidió con el inicio de cosecha. Sin embargo, esto no impidió que se continuara con el trabajo tomando todos los recaudos necesarios. El viernes 10 de abril, Finca Giten abrió sus puertas al personal de las empresas involucradas en el proyecto, quienes ejecutaron las tareas de cosecha, pesaje, toma de grados brix y elaboración de conclusiones que luego pusieron en común. “Fue una experiencia muy positiva y más en estos momentos de tanta incertidumbre, que sirven para resaltar que el futuro de la agricultura se basa en la sostenibilidad y la cooperación entre quienes la hacemos posible”, afirmó el productor.
La Asociación Tomate 2000 participó activamente del proyecto a través del Ing. Agr. José Pierantonelli, quien se mostró muy conforme con los resultados obtenidos. "Hay varias cosas a destacar en este cultivo. En primer lugar, el aporte de insumos y maquinarias desde la industria (RPB SA), para potenciar el rendimiento y la calidad. Lo segundo fue la gestión interna de la Finca Giten y del productor, con quien coordinamos el trabajo de forma comprometida y profesional".
Con vistas en el futuro agronómico regional, José asegura que "el tomate para industria tiene un panorama muy alentador en Cuyo, ya que el abastecimiento para el mercado interno no está satisfecho. La industria está pensando hoy en aumentar la superficie porque necesita producir más, pero hacen falta más productores que apuesten a este cultivo". En ese sentido, remarcó que los beneficios de integrar la Asociación Tomate 2000 radican en el seguimiento técnico del cultivo, asegurando la trazabilidad e inocuidad del producto cosechado. Además, permite al productor, incorporar tecnologías que le permitan ser más eficiente en sus procesos.
José afirma que la Finca Giten tiene que ser un proyecto modelo para el productor medio, ya que gracias a la triangulación que hubo entre la Asociación Tomate 2000, la industria (RPB) y el productor, se logró un cultivo de máximo rendimiento. Esto es lo que permite que los proyectos agrícolas crezcan y sean sustentables en el tiempo.
Los Andes
