Ecosistemas Hortícolas / Otras Hortalizas

Plagas del cultivo de Kale en el Cinturón Hortícola Platense

El informe se realizó en base al ensayo del cultivo de Kale, que se llevó adelante en la Chacra Experimental Integrada Gorina, a fin de evaluar su comportamiento en el cordón hortícola de la plata

Plagas del cultivo de Kale en el Cinturón Hortícola Platense
viernes 08 de mayo de 2020
E

l kale (Brassica oleracea), también conocido como bersa es una especie perteneciente a la familia de las Crucíferas como los repollos, brócolis, coliflores, repollito de Bruselas, entre otros. La misma presenta numerosas propiedades nutracéuticas y es considerado un súper alimento, dado que sus hojas contienen grandes cantidades de hierro, vitamina A y K, antioxidantes, entre otras.

El kale, es una hortaliza muy rústica que se caracteriza por ser fácil de cultivar bajo diferentes modalidades de producción (a campo y bajo cubierta). Es una especie que es resistente a temperaturas bajas y puede producir por un periodo largo de tiempo.

Sin embargo, como todo cultivo, el kale, también presenta limitantes bióticas como por ejemplo sus plagas (animales, nematodos fitófagos, y enfermedades).

En el Cinturón Hortícola Platense (CHP) a través del seguimiento semanal del estado sanitario del cultivo de kale bajo cubierta, se pudo dilucidar, que existe un complejo de plagas que lo afectan. A su vez se observó que ha respondido de manera diferente según qué material genético se trate (variedad o híbrido) y también se dieron comportamientos distintos frente a las condiciones climáticas reinantes en la zona. Generalmente predominan los pulgones, la polilla de las coles, y algunas micosis como el oidio y la sclerotinia. También es muy común encontrar en esta zona nematodos fitófagos como Melodoigyne spp. y Naccobus spp. A continuación, se realizará una descripción de cada una de estas plagas.

 

Plagas animales

-El pulgón harinoso (Hyalopterus amygdali) es polífago y afecta especialmente a diversas especies, entre ellas muchas de la familia crucíferas. Las ninfas son de color verde y están recubiertas por secreciones cerosas de aspecto harinoso de color blanco, especialmente en patas y antenas. El adulto áptero (sin alas) es de color verde pálido y también está recubierto de las características secreciones cerosas de color blanco. Los alados tienen el abdomen de color verde grisáceo con alas membranosas el doble de largas que el cuerpo.

Síntomas y daños: La succión de la savia por parte de las densas colonias de este pulgón provoca un ligero enrollamiento de las hojas y brotes en sentido longitudinal. Los pulgones se suelen ubicar en el envés de las hojas y en la inserción de los brotes centrales, dándoles cierta protección ante enemigos naturales y/o pulverizaciones con plaguicidas.

Medidas de manejo del pulgón harinoso:

-Partir de plantines sanos.

-Realizar abonados equilibrados evitando excesos de nitrógeno.

-Monitoreo del cultivo semanal.

-Deshojar para no generar un ambiente propicio para su multiplicación y colonización.

-Al ser considerado un cultivo menor no posee productos registrados. Se puede solicitar la ampliación de un cultivo mayor afín como es el repollo. Sin embargo, en otros países del mundo como alternativa existen tratamientos con jabón potásico con buenos resultados.

-Existen diferentes enemigos naturales (coccinélidos, sírfidos, crisopas, avispitas) que aparecen espontáneamente en el cultivo para contribuir a controlar las poblaciones del pulgón. Para potenciarlos se puede asociar especies vegetales seleccionadas que presenten flores en los márgenes del lote productivo.

-La polilla de las coles (Plutella xylostella) presenta los estados de huevo, larva 1, larva 2, larva 3 y larva 4, pupa y adulto. El ciclo de vida varía entre 17 y 51 días, dependiendo de la temperatura.

El adulto es una pequeña polilla de color café-grisáceo que miden 1 cm de largo. Tienen una figura de diamante en el dorso cuando las alas se encuentran en reposo. Su capacidad de vuelo es limitada, se ayudan con el viento, siendo su período de mayor actividad al atardecer. Los huevos son ovalados y ligeramente aplanados de 0,5 mm de diámetro y de color amarillo pálido recién ovipuestos.

Cambian a un tono más oscuro en pleno desarrollo. Las larvas son de color verde claro, a veces algo grisáceo, con su cabeza violácea, pudiendo alcanzar hasta 12 mm de largo. Finalmente, el estado de pupa inicialmente es de color verde pálido envuelta en un capullo, pasando por blanco y llegando a un castaño oscuro.

Se ubica generalmente en el envés de hojas y a veces en el haz.

Síntomas y daños: Las larvas ocasionan los daños. En el primer estadío, penetran en el interior de las hojas, actuando como insecto minador. A partir del segundo, emergen comportándose como insectos defoliadores. Las larvas tienen la capacidad de tejer un hilo de seda que al verse amenazadas se retuercen y se dejan caer manteniéndose en este hilo, para subir nuevamente cuando el peligro pasa. Las larvas ingresan a las hojas y se alimentan de su tejido interno, consumiendo preferentemente por el envés sin dañar las nervaduras. A medida que las hojas crecen, los orificios se agrandan y en ataques muy intensos se reduce el área foliar. En épocas más secas, estos daños se pueden incrementar.

Medidas de manejo de la polilla de las coles

-Partir de plantines sanos.

-Trampas de feromonas y/o luz.

-Retirar los desechos del cultivo inmediatamente después de la cosecha.

-Monitoreo semanal de las plantas.

-Evitar excesivas fertilizaciones.

-Mantener un adecuado control de malezas al borde de los cultivos.

-Existen de manera espontánea diferentes enemigos naturales que contribuyen a controlar las poblaciones de la polilla. Para potenciarlos se puede asociar especies vegetales seleccionadas que presenten flores en los márgenes del lote productivo.

-Al ser considerado un cultivo menor no posee productos registrados. Se puede solicitar la ampliación de un cultivo mayor afín como es el repollo. Sin embargo, en otros países del mundo como alternativa existen insecticidas microbianos a base de Bacillus thuringensis con buenos resultados.

 

Nemátodos fitófagos

Este grupo de plagas ha crecido en los últimos años notablemente en cultivos bajo cubierta, presumiblemente por la temperatura del suelo y la baja diversificación de cultivos a lo largo del año en el mismo lote productivo (Argerich et.al., 2009).

-El Nemátodo agallador Meloidogyne spp. es muy polífago, presenta los estados de huevo, dos estadíos juveniles y adulto, con una variación en la duración de su ciclo de vida que va de 25 a 60 días dependiendo de la temperatura del suelo. Temperaturas de 25 a 30 °C son las ideales para su crecimiento y desarrollo. Además, Meloidogyne spp. presenta un estado de resistencia constituido por el huevo y el segundo estadío juvenil (Chávez, 2004). Este género presenta preferencia por los suelos más sueltos (franco-arenosos) (Com. pers. Guillermo Cap).

Síntomas y daño: Los daños consisten en la formación de agallas en la raíz por su engrosamiento (pudiendo ser de diferentes tamaños, dependiendo del número de hembras que alberguen), lo cual, dificulta la absorción de agua y nutrientes. Los estados infestantes son los huevos y el segundo estadío juvenil. Los huevos se encuentran en masas agrupadas de 100 a 1.200, protegidos por una matríz gelatinosa secretada por la hembra. Estas masas pueden estar libres en el suelo o en los restos de raíces del cultivo anterior. Las heridas en las raíces pueden ser la vía de ingreso de otros patógenos. En la parte aérea de la planta el síntoma se manifiesta a través de la clorosis (amarilleo), marchitamiento, enanismo y reducciones en el rendimiento (Chávez, 2004).

-El Nemátodo de falsas agallas Nacobbus spp. también muy polífago, posee los estados de huevo, cuatro estadíos juveniles y adulto, con una variación en la duración de su ciclo de vida que va de 40 a 60 días dependiendo de la temperatura del suelo. Sin embargo, no es tan susceptible a las bajas temperaturas (Cháves, 2004). En cuanto a los suelos Nacobbus spp. se los encuentra en los de características más pesadas (franco-limoso o franco-arcilloso) (Com. pers. Guillermo Cap).

Síntomas y daño: Los daños son los mismos que Meloidogyne spp., aunque las agallas o nódulos (papitas) suelen ser de mayor tamaño y con pelos secundarios. Los estados

infestantes son los huevos y el segundo, tercer y cuarto estadío juvenil y las hembras filiformes jóvenes. Los juveniles del tercer y cuarto estadío tienen la capacidad de permanecer en quiescencia o dormancia cuando las condiciones del medio no son adecuadas (ausencia de hospedantes, sequía, etc.) para su crecimiento y desarrollo, reiniciando el ciclo cuando las condiciones mejoran. Los juveniles y hembras jóvenes penetran en las raíces y barrenan el parénquima cortical, ocasionando lesiones necróticas. Como consecuencia de ello se produce la muerte de raicillas y el descortezado de la raíz. En este caso también las heridas generadas pueden ser vía de ingreso de patógenos oportunistas. En la parte aérea se observa la misma sintomatología que en Meloidogyne spp. (Chávez, 2004).

Medidas de manejo para nematodos:

-Desinfectar sustrato en plantinera.

-Desinfectar el suelo en el lote productivo.

-Partir de plantines sanos.

-Monitoreo de parte aérea del cultivo en forma semanal.

-Fomentar una secuencia de cultivos de diferentes familias.

 

Enfermedades

-El Oídio es una enfermedad foliar que se debe identificar tempranamente, ya que una vez instalada se dispersa muy rápidamente en la misma planta y entre ellas.

Sus agentes causales pueden ser Leveillula taurica o Erysiphe spp. Es un hongo que ataca el follaje. Presenta un gran rango de hospedantes y a su vez sobrevive en el suelo y en el rastrojo del cultivo anterior. Este patógeno puede utilizar como vehículo al viento para dispersarse, y también puede diseminarse a través de salpicaduras (goteo del vapor de agua condensado en techos de los invernáculos).

Para su infección requiere rangos de temperatura de 20-25 °C y elevada humedad

relativa (mayor a 75%) (Fernández Valiela, 1952; Blancard, 1992; Colombo, 2000;

Mitidieri, 2006; Ronco et. al., 2008).

Síntomas y daños: La sintomatología se manifiesta a través de manchas blancas circulares en el haz de las hojas. Estas manchas primero aparecen separadas, bien individualizadas, y a medida que progresa la enfermedad confluyen disminuyendo el área fotosintéticamente activa (Fernández Valiela, 1952; Blancard, 1992; Colombo, 2000; Mitidieri, 2006; Ronco et. al., 2008).

Medidas de manejo para el oidio:

-Partir de plantines sanos.

-Monitorear semanalmente el cultivo.

-Deshojar en tiempo y forma (cosechar).

-Ventilar el invernáculo.

-Observar que las cintas de riego no presenten pinchaduras o rajaduras.

-Al ser considerado un cultivo menor no posee productos registrados. Se puede solicitar la ampliación de un cultivo mayor afín como es el repollo. Sin embargo, en otros países del mundo como alternativa existen tratamientos con fungicidas de la familia de las estrobilurinas con buenos resultados.

-El Moho blanco es una enfermedad importante en condiciones bajo cubierta, pudiendo atacar después de 10 días después del transplante de los plantines hasta el pleno desarrollo, provocando una merma en el stand de plantas y del rendimiento, cuyo agente causal es Sclerotinia scleroteorum.

Este hongo presenta también un amplio rango de hospedantes alternativos y sobrevive en plantas enfermas que quedan en el suelo, siendo éstas focos de nuevas infestaciones. El patógeno a través de los esclerocios puede persistir en el suelo varios años hasta que aparezca un hospedante susceptible. Los esclerocios germinan generando abundante micelio sobre la superficie del suelo infectando nuevas plantas. Sin embargo, también a través de la germinación de los esclerocios puede dar origen a los apotecios que descargan al exterior un importante número de ascosporas, las cuales reinfectan el follaje de las plantas sanas propagando a la enfermedad varios metros de donde germinaron los apotecios. Para la dispersión el patógeno utiliza las corrientes de aire, agua de riego y al suelo como vehículos. Las condiciones predisponentes para su infección son temperaturas entre los 15-21 °C y una elevada humedad relativa. Los suelos provistos de mayor materia orgánica son más propicios para el ataque de esta enfermedad (Fernández Valiela, 1952;

Blancard, 1992; Colombo, 2000; Mitidieri, 2006; Ronco et. al., 2008).

Consideraciones generales para el manejo de todas las plagas mencionadas:

-Desinfección de sustrato (plantinera) y del suelo (invernáculo).

-Partir de plantines sanos.

-Monitorear semanalmente el estado sanitario del cultivo.

-Densidad a 50 cm.

-Cosechar permanentemente.

-Pulverizar bien la planta, fundamentalmente en el envés e inserción de las hojas más jóvenes.

-Lograr una gota mediana (pasillas de cono hueco).

-Utilizar tensioactivos

 

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