i hay algo que hace que un lugar se destaque, definitivamente son los espacios verdes. En las casas, el jardín se lleva todas las miradas. Ciertos sectores en él están destinados a la circulación o pueden ayudar a demarcar diferentes usos en un mismo lugar, mientras que otros son solo visuales y tienen funciones de conexión entre ambientes interiores y exteriores. Son, en definitiva, espacios intermedios y el desafío es que la experiencia sea intensamente grata. A continuación cinco proyectos paisajísticos que lograron darle personalidad propia a cada sitio.
Los escalones de acceso en la entrada de esta casa salvan el desnivel entre la calle y la vivienda. El recorrido del sendero zigzaguea y deja espacios libres para los canteros, que transforman la experiencia. El pórtico de hormigón abarca todo el frente de la construcción; es el alma del diseño arquitectónico y la puerta de acceso a este lugar.
La piedra del solado, pórfido patagónico gris, fue alivianada por tiras de césped que la transforman en una superficie permeable. Los Stephanotis floribunda se trepan usándola como soporte. Los canteros exhiben romeros, salvias blancas, lirios, agapantos y bochas de azareros. El sendero de acceso de tiras de mármol travertino, alivianado con piedritas sueltas, está flanqueado por grandes masas de verde. Las herbáceas y cubresuelos ingresan en el solado y borran los límites.
La propuesta paisajística de este espacio se centró en el acceso hacia el jardín del frente de la vivienda para crear una nueva conexión entre dos niveles naturales del terreno bien marcados. El diseño se armó en base a tres árboles existentes: Sorbus aucuparia, Cercis siliquastrum y Nothofagus obliqua. El sorbus fructifica a finales del verano y adquiere un mágico colorido que enriquece el proyecto. Las grandes tiras de lavandas sectorizan la galería junto a la casa para no ver todo el jardín de una vez. El gran desnivel fue resuelto generando un recorrido con superficies planas que detienen el paso y hacen más amable el ascenso.
La inspiración para diseñar esta casa fue la arquitectura de los países árabes y su cultura. El patio de acceso es un paso obligado a atravesar para llegar desde la calle. El agua atempera el efecto del calor. Se ingresa en un espacio calmo, íntimo y fresco, donde el agua es la gran protagonista. El estanque se pintó de negro para reflejar el cielo.
Los maceteros emergen con Strelitzia nicolai, que enfatizan tanto la sensación de oasis como la intención arquitectónica.
El diseño se basó en el estilo campo que tiene la arquitectura. La idea fue armar un amplio patio semiabierto que destacara la fachada y conectara la entrada de la casa con la calle. Para poder crear este nuevo ambiente se construyeron unos muros que le dan intimidad y a la vez ordenan el frente, dejando un sector claro para el estacionamiento de las visitas y los autos de la familia.
El patio interno, sombrío y húmedo, conecta tres espacios de una casa bien urbana. Cumple la función de airear e iluminar los sectores. La altísima medianera se vistió con tiras de Stephanotis floribunda y, para crear un ambiente tropical, las palmeras areca hacen de fondo para la vista principal.