¿Cómo evitar el estrés calórico en animales?

El INTA desarrolló una aplicación que permite registrar el impacto de las altas temperaturas en el rodeo bovino. Además, detalló una lista de recomendaciones para los días críticos

¿Cómo evitar el estrés calórico en animales?
lunes 21 de enero de 2019

El 2019 comenzó con temperaturas que rompieron récords en Santa Fe. El último 2 de enero, la estación meteorológica del Palacio Municipal advirtió una temperatura de 42,1 grados en la capital provincial, que si bien no es descabellada para estas épocas del año, produce que el rodeo en las cuencas lecheras y en las zonas pampeanas de cría y engorde, disminuya su eficiencia productiva y reproductiva.

Para poder anticipar estos eventos, un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), en colaboración con especialistas del Instituto de Clima y Agua y personal del INTA Rafaela (Santa Fe), desarrolló una herramienta que monitorea el índice de temperatura y humedad (ITH) en tiempo real. Asimismo, adelanta el pronóstico para los días siguientes y recupera las condiciones pasadas. Desarrollada por el especialista en informática del Instituto de Clima y Agua del INTA, Nazareno Martin, esta herramienta está disponible el sitio institucional del Sistema de Información y Gestión Agrometeorológica (SIGA).

“Permite que el usuario pueda consultar, a partir de la estación meteorológica automática (EMA) deseada o un punto determinado en el mapa -como latitud y longitud-, el índice de temperatura y humedad de los últimos dos días -incluyendo el actual-. Además, les da a conocer el índice pronosticado a futuro, hasta 48 horas”, señaló Martin. Para quien accede desde su teléfono celular, existe una versión simplificada que se ajusta a sus necesidades y visualiza los resultados de la consulta por medio de un gráfico en forma de tablas que puede ser descargado.

Aunque el monitoreo de ITH era una actividad que el INTA venía ejecutando desde 2012, según la especialista Natalia Gattinoni, gracias a los avances tecnológicos se pudieron adoptar diversos formatos, donde se pasó de los boletines semanales emitidos en el verano a esta consulta online disponible en el SIGA.

En palabras de Laura Gastaldi, especialista del INTA Rafaela, los animales se estresan y pierden sus niveles de bienestar a partir de un ITH igual o mayor a 72, lo que representa una ola de calor.

“Mediante una fórmula matemática que combina la temperatura con humedad del ambiente, el sistema infiere el nivel de calor que pudiera estar sufriendo el ganado, según las condiciones que se registren a lo largo del día. Es importante analizar de manera conjunta las condiciones de ITH a las nueve de la mañana y las nueve de la noche, y corroborar el pronóstico de los días siguientes para saber de forma anticipada si el ganado está alejado de la zona de confort”, explicó Roberto De Ruyver, coordinador de Agrometeorología del Instituto de Clima y Agua del INTA.

Como la temperatura ambiente por sí sola no es lo único que se necesita para determinar el estrés calórico de un animal, también se deberían verificar los niveles y la velocidad del viento, la humedad relativa y la radiación solar. La humedad relativa acentúa las condiciones adversas producidas por las altas temperaturas y dificulta la efectividad en la eliminación de calor por sudoración y respiración en el ganado. Si la humedad del aire es baja, como en zonas cálidas y secas, la evaporación será rápida; si por el contrario, es elevada, como en zonas cálidas y húmedas, la evaporación será lenta, se reducirá la pérdida de calor y se alterará el equilibrio térmico del animal. Cabe aclarar, que el viento contribuye a disminuir los efectos del estrés por calor y mejora la evaporación.

Para contrarrestar el calor, se pueden implementar sombras naturales y artificiales, o enfriar a los animales con ventiladores y aspersores. En cuanto al manejo de la alimentación, se aconseja priorizar pastoreos de madrugada y nocturnos, y proveer dietas frías y equilibradas con mayor contenido energético, para que el calor interno producido por el animal no sea excesivo. También se le debe prestar importante atención al agua, ya que en temperaturas elevadas, una vaca puede consumir en promedio hasta 107 litros por día, en tanto que una lechera de alta producción puede ingerir hasta 140 litros por día. Se calcula que en cinco minutos, pueden llegar a tomar hasta 13 litros de agua.

Otro factor que sirve como indicador del estado de bienestar del animal es la respiración. El aumento de la frecuencia respiratoria tiende a ser el primer síntoma significativo de la respuesta al estrés térmico. A medida que incremente la cantidad de aire respirado, mayor será la pérdida de calor. De todas maneras, la frecuencia elevada no supone que los animales mantengan con éxito su equilibrio térmico, sino que poseen una carga de calor excesiva y están tratando de restablecer el equilibrio.

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