l cabezal del equipo puede ser un dolor de cabeza, ya que por él se pueden escapar parte de los esfuerzos realizados para alcanzar una buena cosecha. Es que los sensores con los que se informa el monitor de las máquinas más modernas no dice demasiado respecto de este integrante del proceso, y es uno de los puntos en los que las mermas de cosecha suelen ser importantes.
Técnicos y asesores remarcan la importancia de evaluar con anterioridad al inicio de la trilla de cualquier cultivo el equipamiento de la cosechadora y su cabezal, así como la capacitación del maquinista y la regulación de la máquina para lograr las menores pérdidas posibles y cuidar la calidad de los granos recolectados.
También señalan la importancia de cuidar la velocidad de avance de la cosecha, sobre todo porque la capacidad de trabajo de la barra de corte y la capacidad de trilla y separación de la cosechadora pueden verse superadas, más aún en cultivos con altos rindes. Esto es válido para soja y maíz, pero también para trigo y cebada.
Otro punto clave es vigilar de cerca el estado de las secciones de cuchilla y cambiarlas ante el desgaste de su filo. La sustitución oportuna de las cuchillas y de los dedos o puntones desgastados, ayuda en gran medida a mantener el sistema de corte. Esto también reducirá las cargas y aumentará la vida útil de todos los componentes del mando de las cuchillas.
En lo que respecta a los drapers, se sabe que en ellos la uniformidad del flujo del material en la entrada de la máquina es un aspecto importante. Y es que al no haber picos de carga en la greña entrante, el embocador y el acarreador trabajan con carga uniforme en el tiempo, y la trilla también trabaja más aliviada. Esta condición hace que baje el consumo de gasoil y que aumente la capacidad de digestión de la cosechadora, comparada con la misma máquina cuando trabaja con cabezal con tornillo sinfín.
Algo importante para recordar: tener a mano y consultar el manual del cabezal y de la cosechadora.