Cómo lograr que una empresa sea productiva en una semana laboral de cuatro días

En abril del año pasado, una empresa neozelandesa dedicada al fideicomiso legal, llamada Perpetual Guardian, inició un experimento –que en un comienzo iba a durar solo ocho semanas– en el que la semana laboral de todos los empleados se reducía a cuatro días, manteniendo los salarios correspondientes a un tiempo completo. Como resultado, los trabajadores sintieron menos estrés y se mostraron más a gusto con su empleo, mientras que la compañía mejoró su productividad. Por este motivo, se estableció que la experiencia se prolongaría por tiempo indeterminado.

Con el objetivo de incentivar a otras firmas a seguir este modelo, Andrew Barnes, su CEO, brindó cinco consejos para que una empresa mantenga o mejore su rendimiento, aún con una agenda más reducida:

1) Establecer una meta clara: existen varias razones por las que las compañías pueden inclinarse a experimentar un cambio. Según los datos de Perpetual Guardian, tras la reducción de su tiempo laboral, los trabajadores se sintieron más capacitados, comprometidos y estimulados con su empleo, ya que desde el primer momento los jefes establecieron metas claras, basadas en la productividad.

2) Preguntar a los trabajadores cómo hacer que sea exitoso: antes de dar inicio al proyecto, Perpetual Guardian le pidió a su personal que considerara cómo medirían su propia productividad y solicitaron que les dieran ideas para hacer posible que el calendario sea más corto.

“En ese momento, dijimos: ‘La productividad tiene que seguir siendo la misma’”, clarificó Barnes. Con esta premisa, los equipos fueron midiendo su productividad de forma diferente entre sí -según su tipo de empleo- y propusieron pequeños cambios para implementar.

3) Crear una política flexible: muchas de las empresas que han optado por esta política de trabajo, eligen los lunes o viernes como su “día de productividad”, dándose un fin de semana más largo; aunque algunos también eligen los miércoles. En otros casos, se puede optar por trabajar cinco días, pero con jornadas reducidas.

La flexibilidad permite que los trabajadores puedan elegir el horario que tenga más sentido para ellos. Los equipos externos deberían planificar la agenda para garantizar que los clientes siempre puedan comunicarse con alguien. También tiene que estar en claro que si en determinado período es necesario trabajar más horas porque se deben realizar tareas a contrarreloj, todos deberían asumir el compromiso.

4) Probar como funciona antes de hacerlo permanente: comenzar a través de una prueba de ensayo y error, permite resolver posibles problemas con una política de flexibilidad que no comprometa a la empresa con un trabajo legal costoso o prolongado por adelantado. Lo más recomendable, es empezar pensando el panorama general con sus implicaciones estratégicas, en vez de perder tiempo con problemas técnicos desde el inicio.

5) Pensar en los empleados en tiempo parcial: una semana más corta, puede conducir a múltiples beneficios para la sociedad si se adopta ampliamente. Tomar el 20% de los autos fuera de la carretera en una jornada laboral determinada, reduciría la contaminación y el tráfico. Además, si un día libre adicional fuera más común, las organizaciones podrían comenzar a desarrollar cursos para ayudar a sus empleados a aprender nuevas habilidades o los padres tendrían más tiempo para pasar con sus hijos.  Por otra parte, según datos de una encuesta, un día libre adicional podría servir para reducir niveles de estrés.

“Cuando empezás a pelar las capas, lográs ver la diferencia. En un país audaz se pueden implementar estas políticas y comprobar que no produce ningún impacto adverso en la economía”, concluyó Barnes.