Recomendaciones para enlistar al servicio a las vaquillonas de 15 meses

Para un productor ganadero que se dedica exclusivamente a la cría de ganado bovino, mejorar los índices de preñez resulta fundamental, a fin de poder obtener más terneros de un mismo rodeo de vacas.

En este contexto, surge la opción de integrar las vaquillonas de entre quince y dieciocho meses al rodeo de bovinos a servir. Los especialistas del centro genético Las Lilas, Juan Auzmendi y Martín Udaquiola, realizaron un informe en el que especifican cuáles son los manejos previos necesarios para entorar adecuadamente a las vaquillas y conseguir su preñez.

Según los especialistas, “para que las terneras lleguen al destete con el máximo peso hay que tener en cuenta la distribución de la parición, seleccionando las nacidas al principio de la misma, es decir, las que tengan más días de vida y que, además, sean hijas de las vacas más fértiles”. No obstante, aclaran que “también pueden elegirse las crías de vaquillonas servidas de 45 a 60 días antes”.

El informe también hace hincapié en la necesidad de efectuar un seguimiento de la salud del rodeo, sobre todo para evitar el contagio de enfermedades que puedan ralentizar el desarrollo de las terneras. En ese sentido, Auzmendi y Udaquiola remarcan que la neumonía y la diarrea, que atacan a temprana edad, “deben prevenirse inmunizando a las madres en la fecha cercana al parto”, a la vez que advierten que la queratoconjuntivitis “puede tener alta incidencia a fines de la primavera o en el verano, causando disminución en la ganancia de peso”.

Por otro lado, explican que conviene preacondicionar a las terneras entre veinte a treinta días antes del destete, suministrándoles las vacunas necesarias para que cuenten con una óptima inmunidad antes del servicio, además de repetir la aplicación de antiparasitarios.

En relación al destete, el informe expresa que “es preferible el desmadre paulatino para evitar consecuencias negativas. El objetivo es que las terneras lleguen a fin de marzo  con 179-180 kilos”.

En la siguiente etapa, que abarca desde la recría al entore, las vaquillonas deberían alcanzar entre un 60% y un 65% del peso vivo de las vacas adultas. De acuerdo a los especialistas, esto implica “pasa de 170-180 kilos a 260-280 kilos. Esos 90-100 kilos deben lograrse entre abril y octubre inclusive, representando una ganancia diaria promedio de 500 gramos”.

En cuanto a la nutrición, el reporte indica que, gracias a las nuevas variedades de semillas, fertilizantes y herbicidas, se puede suministrar una cadena forrajera que garantice esa ganancia diaria de peso. Así, señala que “es importante considerar que al principio del otoño se deben balancear correctamente los verdeos poco sazonados (excedidos en proteínas), ya que la falta de energía relativa causará problemas digestivos que retrasarán a las terneras”.

Por otra parte, el informe también remarca que si las vaquillonas alcanzan la pubertad al menos entre seis y ocho semanas antes de empezar el servicio, ciclarán tres veces, por lo que la fertilidad de celos durante el mismo será normal y, en consecuencia, tendrán altas posibilidades de preñarse.