a ciudad patagónica de Puerto Madryn recibe a miles de turistas todos los años. El centro de avistaje recibe a miles de ballenas y acoge a pingüinos, lobos marinos y delfines del tipo Toninas Overas. Las influencias galesas y su contribución al turismo local.
Puerto Madryn está situada frente al Golfo Nuevo. Su nombre es un homenaje al Barón de Madryn, promotor de la colonización galesa en la Patagonia. En el último cuarto de siglo, la ciudad protagonizó un crecimiento exponencial, registrando más de 120 mil habitantes. El puerto es un importante centro de pesca de langostinos y merluza, entre otros productos, lo que asegura una buena gastronomía para todos los turistas.
Compartimos un breve recorrido por los principales atractivos de Madryn.
Durante el mes de julio, la ciudad recibe anualmente a más de 2 mil ballenas que llegan a las playas de Madryn, donde permanecen hasta los primeros meses de diciembre.
Por un período de seis meses, los turistas pueden realizar paseos en barco y disfrutar de las hembras con sus cachorros. El avistaje de ballenas resulta una experiencia inolvidable. Tanto las madres como las crías son animales muy sociables que, siempre en el marco de respeto y siguiendo con las indicaciones de los guías, se prestan a la interacción con los visitantes.
La presencia de lobos marinos es más estable, tanto en los alrededores de Madryn como en Península Valdés. Los machos adultos dominan las colonias y son tan amigables que permiten practicar snorkeling junto a ellos. Punta loma es la colonia más cercana a la ciudad.
Estos “delfines acrobáticos” se encuentran navegando dos o tres millas adentro del Mar Argentino. Para una travesía, los barcos parten de Playa Unión, en las afueras de la capital provincial de Rawson. El avistaje no siempre está garantizado.
La zona ofrece varios museos como el Ecocentro, dedicado al mar; el Museo Paleontológico Egidio Feruglio (MEG), la casa del dinosaurio más grande del mundo; y el Centro de Visitantes de Península Valdés. Los tres espacios cuentan con una intensa actividad dedicada a los más pequeños.
La oferta turística se completa con este bello pueblo en el Valle inferior del Río Chubut. Centro de colonización de los galeses en la segunda mitad del siglo XIX, las casas conservan el estilo de esa época. Los turistas pueden disfrutar de un tradicional té inglés como el Ty Gwyn y de exquisitas frutas y hortalizas cultivadas en las chacras que bordean el río.