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l nogal -Juglans regia- es un frutal originario de Asia, en una amplia región extendida entre Turquía y la cadena de Himalaya, aunque con probable centro en el actual Irán (Persia), de donde fue llevado por los griegos como “nuez persa” a Europa en el siglo III A.C. Es identificado típicamente por su fruto como alimento.
Las especies de nogal son nativas de las regiones de clima subtropical. En América se lo halla a lo largo de todo el continente, desde la costa este de los Estados Unidos hasta el norte de la Argentina (Selva Tucumano – Salteña), de donde Juglans australis es autóctono.
En Argentina las principales provincias productoras son Catamarca, Mendoza, La Rioja, San Juan y Río Negro.
Botánicamente pertenece a la familia de las Juglandáceas.
El nogal es un árbol que puede sobrepasar los 25-30 metros de altura, por lo general de porte globoso, ramificado, con tronco de corteza grisácea, lisa cuando joven y agrietada y oscurecida en árboles adultos. Ha sido y es cultivado también como especie forestal, por su madera de excelente calidad.
Las raíces forman un sistema de gran desarrollo, mayormente de crecimiento vertical. Su raíz es pivotante y puede llegar a los 6 metros o más. Pero, por efecto de la rotura de la raíz principal en vivero, el sistema radicular es más ramificado y equilibrado, explorando perfiles entre 2 a 4 metros dependiendo del suelo. Hay abundante presencia de raíces absorbentes activas entre los 20 y 120 cm de profundidad. El crecimiento horizontal de las raíces es muy importante y siempre sobrepasa la extensión de la copa del árbol.
Las hojas son caducas y de color verde claro. Botánicamente se las define como imparipinnada, por estar constituidas por un número impar de folíolos insertos en forma opuesta a la nervadura central. La forma es elíptico-ovalada, de borde entero o ligeramente aserrado. Contienen gran cantidad de sustancias tánicas y aromáticas de característico olor balsámico.
Es una especie monoica, es decir, presenta sobre la misma planta flores masculinas separadas de las femeninas; se encuentran presentes yemas de madera, de flores masculinas y mixtas.
Las ramas poseen 2 tipos de yemas: de madera o vegetativas y fructíferas o de fruta, estas últimas algo más globosas. Las yemas que al año siguiente producirán flores, tanto pistiladas o femeninas como estaminadas o masculinas desarrollan un proceso de inducción floral que tiene lugar entre fines de diciembre y mediados de enero, momento en el cual es importante que en el frutal exista un buen estado nutricional, tenga buena recepción de luz en toda su canopia y buena disponibilidad de agua de riego.
Las yemas de madera son pequeñas, de forma oval – redondeada y están cubiertas de escamas de color gris oscuro. En cada inserción foliar existen dos yemas, la superior y más voluminosa (a veces con cuello) y la secundaria o inferior más pequeña. Generalmente se encuentran muy cerca una de otra. La superior, al desarrollarse, origina ramas con ángulos muy cerrados, fáciles de desgajarse, que impiden la adecuada penetración de luz al interior de la copa para que la fruta se distribuya en toda la superficie productiva y no solamente en la parte externa. La eliminación de la yema superior antes de que comience su desarrollo permitirá el crecimiento de la yema secundaria que da ramas con un ángulo de inserción más abierto.
Las yemas se ubican en las axilas de las hojas y, generalmente con presencia de una yema principal, más grande, y una yema secundaria, pequeña y redonda en posición más inferior. Esta última produce ramas con ángulos más abiertos, razón por la cual en la poda de formación de árboles se utiliza como práctica el “desyemado” o eliminación de la yema principal a efectos de forzar la brotación de la secundaria y obtener ramas más abiertas y, por ende, estructuras más sólidas.
Las yemas que dan origen a las flores masculinas son de forma cónico–redondeada y son más desarrolladas que las anteriores, encontrándose situadas a lo largo de la rama, pudiendo estar solas o junto a una yema de madera.
Las yemas mixtas son mucho más gruesas, redondas, recubiertas de escamas. Dan origen a brotes de una longitud de 10 a 15 cm y en la parte terminal porta de 1 a 4–5 flores femeninas. En las variedades tradicionales europeas, la yema mixta se dispone siempre en la punta de la rama, mientras que en algunas variedades californianas se encuentran en la parte apical y a lo largo de la rama.
Biología floral del nogal
El nogal es una planta diclinomonoica, es decir, posee flores masculinas y femeninas separadas en una misma planta. Las primeras –masculinas- se encuentran agrupadas en inflorescencias denominadas amentos, de 6 a 12 cm de longitud, que poseen cada uno entre 100 y 160 flores apétalas, con 30-40 estambres, y que pueden liberar entre 1,5 a 2 millones de granos de polen. Las flores femeninas se presentan generalmente de a dos o tres, aunque pueden ser solitarias también. No tienen pétalos y tienen un ovario unilocular y bicarpelado, con 2 estigmas bien desarrollados de forma plumosa.
Todas las variedades de Juglans regia son autofértiles, es decir, no hay incompatibilidad polínica. Sin embargo, en forma general, la apertura de flores de distinto sexo no es coincidente en el tiempo (denominada dicogamia), produciéndose fenómenos de protandría y protoginia. En el primer caso, se abren primero las flores masculinas y en el segundo es la floración femenina la que se produce en primer término. En los casos de coincidencia de fechas hay homogamia.
Otro aspecto particular de los nogales es que su polen es extremadamente liviano y su transporte es realizado por el viento (polinización anemófila), a diferencia de la mayoría de los otros frutales, en que la polinización es realizada por insectos (entomófila), generalmente con intervención de las abejas. Este factor incide en la proporción y ubicación de plantas polinizadoras a implantar en un monte, así como su disposición.
El fruto del nogal está definido botánicamente como una drupa indehiscente, aunque existe dehiscencia parcial según se trate de algunas variedades. En él se pueden reconocer claramente 3 partes:
Variedades comerciales: un monte de nogal, por lo general, está compuesto por dos variedades, la principal (o productora) y la polinizadora. La selección de la combinación se hace en base al conocimiento local del comportamiento de ambas variedades, principalmente de su fenología, siendo fundamental la fecha de brotación y de floración masculina y femenina.
La cantidad de plantas polinizadoras en el monte varía entre el 3 y el 5 %, ya que el exceso de polen puede provocar el aborto de flores femeninas. La variedad polinizadora debe producir buena cantidad de amentos, es decir polen y su floración debe coincidir con la de la variedad principal.
En la mayoría de las zonas productoras de Argentina las variedades utilizadas son aquellas que presentan la brotación más tardía para evitar los efectos perjudiciales producidos por las últimas heladas primaverales.
Hasta hace poco tiempo, la variedad más utilizada en Argentina era Franquette pero el panorama varietal se fue modificando y en la actualidad se implantan variedades de mayor potencial productivo. En este sentido, Chandler es actualmente la más difundida en Argentina, aunque han comenzado a plantarse variedades californianas como Howard, Cisco y Tulare con buenos resultados. Las variedades más difundidas en nuestro país son de origen francés, californiano y argentino.
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