principios del 2010 surge la idea de abrir un restaurante italiano en el corazón de Adrogué, al sur de Buenos Aires, con la idea de rememorar las recetas tradicionales de la cocina italiana, especialmente la de las nonnas, quienes en plena Venecia amasaban los spaghettis y, más cercano en el tiempo, “nos ensen?aban los domingos bien temprano como hacer los fusillis ai fierrito con un alambrecito”, tal como señalan los impulsores en su sitio web, donde además resaltan: “Toda nuestra pasta es fatta a mano (hecha a mano)”.
Esta pasión y amor por la cocina italiana, transmitida de generación en generación en la familia, llevó a que Pasta Rossa fuera galardonado con los premios “Mejor Cocina” y “Mejor Restaurante” por Guía Óleo y recibiera certificados de “Excelencia en Gastronomía” por TripAdvisor. A partir de esos premios, la marca desarrolló su sistema de franquicias pero, a pesar del volumen, toda la pasta sigue haciéndose absolutamente a mano como el primer día, con las mismas recetas de la nonna.
“Amamos lo que hacemos y eso, en definitiva, es la clave para que cada plato cocinado en Pasta Rossa tenga, sobre todo, mucho amor, el mismo amor con que nos llenaba el corazón y la panza nuestra nonna los domingos al mediodía”, cuentan.
En Pasta Rossa toda la pasta es casera, con ingredientes frescos y de primera calidad, lo que da como resultado un producto artesanal de excelencia. Esa es una de las cualidades que destaca a esta propuesta tradicionalmente italiana, donde se rememoran las recetas tradicionales, lo que garantiza platos característicos, innovadores, abundantes y muy sabrosos.
En Pasta Rossa todo se elabora en casa. Además, la carta también guarda lugar para las carnes y pollos; los risottos, elaborados con arroz Carnaroli; los pescados (salmón y lenguado); y las pastas secas, para los que se utiliza pasta Cecco.
Particularmente, se destacan los bastoncitos de mozzarella y las rabas fritas, como entradas. Los fusillis al fierrito gratinados con parmesano; los fetuccini de albahaca y langostinos; la lasagna; o los spaghettis tricolor (cacao, calabaza y huevo), como principales. Y el volcán de chocolate o el brownie con helado como postres.