Todo queda en familia

El management moderno indica que el principal obstáculo que enfrentan las familias que no logran sobrevivir más de tres generaciones es la falta de profesionalización del cuerpo gerencial debido a la prevalencia de los lazos sanguíneos antes que el talento al elegir al próximo sucesor. En su afán de preservar la dirección en manos de la familia, muchos fundadores de empresas nombran al vástago menos calificado, sin imaginar que están condenando su compañía a la extinción.

Del lado opuesto, propietarios más precavidos comienzan a entrenar al heredero elegido, asegurando la continuidad del apellido y de la empresa.

Planificación

Preparar la sucesión con antelación parece ser la clave. “El único consejo que se puede dar a quien quiera planificar ese proceso es el mismo que se le puede hacer a alguien que quiere ordenar su patrimonio”, indica Raquel Luquin, profesora de la cátedra de Empresa Familiar de la Universidad Pública de Navarra.

Para Juan Luis Falcón, socio de Garrigues y experto en el campo de las empresas familiares, cada caso es un mundo. “Puedo tener descendientes a quienes me gustaría dejar determinados derechos económicos pero que, por mil circunstancias, decida que no tengan el control de la compañía. En general, cuando intervenimos los profesionales ponemos todas las opciones sobre la mesa”, aclara.

Cristina Cruz, profesora de IE University y experta en la materia, recuerda que a veces las decisiones aparentemente más equitativas no son las mejores. “Lo más importante que tienen que hacer es pensar en cuál es la estructura de propiedad que le viene mejor a la empresa y cuál es la mejor estructura patrimonial para la familia. En ocasiones, se abre el testamento y nos encontramos con que se ha partido la empresa como si fuera un chorizo, y quizá la mejor opción no sea una división a partes iguales, sino hacer lotes. Hay hijos, por ejemplo, para los que heredar el 25% de una empresa es un problema porque prefieren tener liquidez”, detalla.

Prepararse para los cambios

Los especialistas recomiendan iniciar con tiempo el cambio “de una empresa familiar a una familia empresarial”, donde los miembros que se vayan incorporando asimilen su futuro como accionistas. En este sentido, también es importante que los ejecutivos de la familia empresaria tengan más protagonismo a la hora de tomar decisiones, y que respeten a sus hermanos o primos si solo quieren tener un papel en el consejo como propietarios. Sobre este aspecto, Juan Roig, presidente de la cadena española de supermercados Mercadona, ha dicho en alguna ocasión que “el capital se hereda, la gestión no”.