l comienzo de la temporada de pesca de langostino está en duda a causa de la baja en el precio y, a su vez, del incremento en los costos operativos. Si bien el 20 de junio es la fecha para el inicio, en el sector advierten que es posible que los barcos pesqueros congeladores no salgan.
El gerente de la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (Capeca), Eduardo Román, sostuvo que “peligra el inicio de la temporada de pesca de langostino en aguas nacionales dado que los buques pesqueros congeladores que producen a bordo cajitas de langostino congelado en presentación de 2 kilos para exportar, quizá no salgan a pescar debido a los altos costos operativos y frente a una caída muy fuerte del precio”.
No obstante, cabe destacar que la caída en el precio es una constante desde hace varios años. “El negocio así como está, con estos costos en dólares, incluidos los sueldos de los tripulantes, no va más. Antes era un negocio de 12 dólares el kilo, que ahora cayó a 5 dólares; si no acomodamos los costos, no habrá más negocio”, remarcó el ejecutivo.
En 2006, por ejemplo, se exportaba a doce dólares el kilo de langostino, mientras que ahora se exporta a cinco dólares o menos.
En 2019, el sector pesquero exportó por US$1.863 millones, de los cuales US$1051 millones correspondieron al langostino. En lo que va de este año, hasta mayo inclusive, el desembarque de langostino tuvo una caída del 27% en relación al mismo período de 2019, pasando de 59.072 a 43.096 toneladas.
Por otro lado, empresarios del sector enviaron una carta dirigida al jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero; al ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Luis Basterra; al gobernador de Chubut, Mariano Arcioni; y a la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner; en la que advirtieron sobre el delicado escenario del langostino, especialmente de los buques tangoneros congeladores.
“Más del 85% de la facturación de una marea se destina, y se paga antes de exportar, a los siguientes rubros: derechos de exportación (hay retenciones del 7% para el pescado congelado y del 5% para el fresco), salarios y cargas sociales, combustibles, estiba, víveres, ropa de trabajo, artes de pesca, etc. Es decir que, antes de vender, el armador de un buque ya gastó el 85% de su facturación, y aún le resta hacer frente a un sinfín de gastos como packaging, mantenimiento, reparaciones, gastos comerciales, financieros, fiscales, y gastos administrativos”, explicaron.