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enerar empleo a través del desarrollo de una sericicultura con un enfoque sustentable. Desde el Centro INTI Textiles idearon el Proyecto Seda, una actividad ideal para que emprendedores de zonas rurales, artesanos y/o cooperativas de trabajo afiancen la economía local y contribuyan al cuidado del ambiente. Se trata de una actividad con alto potencial para mejorar la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables de Latinoamérica y está encabezado por mujeres de la región.
La seda es considerada la “reina” de las fibras naturales por sus propiedades. Cálida en invierno y fresca en verano, su suavidad y brillo característico hacen que sea uno de los materiales más requeridos por los grandes diseñadores de indumentaria.
La “materia prima” para el Proyecto SEDA parte del huevo Bombyx Mori. Los gusanos son alimentados con la hoja de la mora, una especie de amplia difusión en la Argentina. En este sentido, la UBA es la institución encargada de producir estos huevos durante todo el año.
Se aguarda desde el nacimiento hasta su transformación en capullo –30 a 35 días– para obtener fibras que se devanan en un filamento y, a través de diversas técnicas utilizadas por el INTI, se completa el proceso de sericicultura.
Desde el proyecto se apunta a reforzar y establecer Centros Demostrativos Sericícolas (CDS) que recorran todas las fases del proceso productivo hasta su etapa artesanal para crear piezas de diseño únicas con agregado de valor local.
Durante 2018 fueron capacitadas un centenar de personas en Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador y México. Actualmente, el proyecto cuenta con alrededor de 50 productores de seda en toda Latinoamérica.
En la Argentina, los productores están repartidos en las provincias de La Pampa, Misiones, Salta, Jujuy y Buenos Aires. Los lugares más propicios para el desarrollo de esta actividad son las zonas templadas, más favorables para el cultivo de la planta de mora (Morus alba). “Hay productores fundamentalmente en Misiones y Jujuy y, a partir del proyecto, apoyamos la producción de nuevos grupos ubicados en las zonas de las islas del Delta y Campana, que son zonas donde no hay muchas alternativas productivas. Ya hay varios vínculos con escuelas de CABA y Buenos Aires a través del apoyo que les brinda el programa ProHuerta del INTA. Por ejemplo, un grupo de productoras de la zona oeste (Haedo-Castelar) trabajan con sus propios capullos para las artesanías con seda”, explica Patricia Marino, coordinadora técnica del proyecto.
Sumado a esto, desde el Centro INTI Textiles, se realizan varias capacitaciones en la India, referente internacional como modelo productivo, y en Italia para el área de selección genética.
El Proyecto Seda participó de la expo Emitex 2019 con el objetivo de difundir la sericultura como un ingreso para emprendedores y familias en zona rurales. Durante las jornadas, representantes de la iniciativa tuvieron la posibilidad de reunirse con referentes de la industria textil y ofrecieron charlas sobre producción primaria, transformación del material y aplicaciones innovadoras en seda. “Emitex es la feria de la industria textil argentina. La importancia que le damos a la presencia de nuestro trabajo dentro de esta feria es clave, ya que pasó mucha gente de varios países interesados en el proyecto. Fuimos invitados dada la repercusión que tuvimos la última edición con este tipo de producción amigable con el medio ambiente. Además, este año se sumó un stand de fibras naturales para afianzar la producción”, concluyó Marino.
