Parrillas argentinas conquistan París

n los últimos años, en Francia han ganado terreno las parrillas de origen argentino, que triunfan en los barrios más concurridos de la Ville Lumière, aún en pleno auge del veganismo. Las calles francesas han sido testigos de la expansión de la gastronomía de sello rioplatense.

En su mayoría manejados por argentinos que residen en París, estos espacios han crecido de manera exponencial dado que, según sus dueños, en 2009 eran apenas cinco las “parrillitas” en toda la capital francesa y hoy superan la veintena.

Sus menús combinan los cortes de carne más tradicionales con delicias típicas del noroeste argentino, como humitas y tamales. Por supuesto, tampoco faltan los postres con dulce de leche. Estos negocios se han vuelto una pasión de los parisinos, así como un punto de reencuentro y nostalgia entre los residentes argentinos.

Asadito las 24 horas

Desde hace casi 20 años, Gonzalo Cruz dio vida a Café El Sur, un restaurante de estilo argentino ubicado estratégicamente en el corazón del barrio turístico de Saint Germain. “Con la crisis de 2001, decidimos abrir un restaurante aquí”, cuenta Cruz, a la vez que admite que uno de los secretos del éxito de su parrilla es la flexibilidad de horarios que permite pedir asado en cualquier momento, lejos de la rigurosidad horaria típica de la capital francesa. “Aquí se puede comer durante todo el día, ya que tenemos parrilla y minutas las 24 horas”, asegura.

Lo que inspiró a Carlos a montar su negocio fue una especie de nostalgia gastronómica que no conseguía resolver en Europa. “Extrañaba esas parrillas al paso donde a las cuatro de la tarde vos podés pedir un bife de chorizo o una milanesa”, detalla. El local, como su nombre lo indica, también funciona a modo de café, por lo que “a veces hay gente comiendo asado y en la mesa de al lado, alguien tomando mate”.

Consultado sobre los cortes de carne más solicitados por los franceses, Cruz no lo duda: “Generalmente, lomo y bife de chorizo, aunque muchos también se piden la parrillada que viene con chorizo y pollo”. Otras de las opciones que, por lo general, figuran en la carta de todas las parrillas argentinas son la morcilla, la provoleta –que tiene mucho éxito entre los franceses, grandes degustadores del queso–, el matambre y el caracú a las brasas.

Goles a las brasas

Otro singular caso de éxito es Volver, una de las parrillas argentinas más concurridas de Francia, que tiene una herramienta de marketing extra a su favor: se convirtió en la favorita de los jugadores del París Saint Germain (PSG), equipo de la ciudad y ganador de seis de los últimos siete campeonatos locales. A la decoración argentina, este restaurante del barrio de Bastille añade en sus paredes las camisetas firmadas por algunas de las grandes estrellas del club, como el goleador uruguayo Edinson Cavani.

“El que instaló la moda fue el Pocho Lavezzi. Aquí suelen venir Angelito Di María y Leandro Paredes, y antes de que fuera vendido a Inglaterra se sumaba Gio Lo Celso”, dice Carlos Muguruza, quien abrió el local hace once años.

La historia de Volver es curiosa, dado que su fundador logró convertir una frustración personal en un exitoso negocio. “Vine a París en 1986 para jugar al tenis. No me fue muy bien con eso, pero igualmente me quedé y enseguida empecé a fantasear con la idea de poner un restaurante con los sabores nuestros, y esta vez sí acerté”, dice Muguruza.

Made in Lanús

Otra parrilla argentina que conquistó París es Le Progrès, puesta en marcha hace 12 años en el barrio de Batignolles por las hermanas Solange y Dorianne Aló. “En este tiempo, logramos que a los franceses les gustase el fernet con coca”, cuenta Solange. Oriundas de Remedios de Escalada, partido de Lanús, las Aló dieron el primer impulso a su negocio organizando campeonatos de truco. Convocaban tanta gente que tuvieron que dejar de hacerlos.

Para Solange, el éxito de su parrilla se debe a que “se trata de un restaurante de barrio, alejado de los principales puntos turísticos de la ciudad”. En este sentido, admite: “Tratamos de impregnarle la onda de lo que nos gusta de la Argentina, aquello que extrañamos cuando estamos lejos de nuestro hogar”. La materia prima de Le Progrès proviene mayormente de la Argentina, pero también de Uruguay y Francia.

Paladares nostálgicos

Y si en estos locales el asado es el producto estrella, también es el anzuelo para vender otros artículos argentinos. Es así que también funcionan como almacenes de paso en los que se puede conseguir yerba mate, dulce de leche o tapas de empanadas, productos muy valorados por los expatriados.

Pero, ¿cuál es el cliente francés de estos templos del asado criollo? “En 2002 y 2003, eran principalmente parisinos que habían trabajado en las sedes de empresas francesas en la Argentina, que volvieron a su país cuando estalló la crisis y quedaron enganchados con la gastronomía argentina”, cuenta Cruz. Hoy, en cambio, “son personas que han visitado nuestro país como turistas y sienten gran interés por su cultura y costumbres”.