u uso está tan extendido y especializado, que lo habitual es que la mayoría de rosales que vemos no sean una sola especie común, sino un injerto de dos o hasta tres de ellas. Esto se hace para aprovechar las raíces y tallo de especies más fuertes y la espectacular floración de otras especies más débiles o, incluso, para obtener rosas distintas, que son imposibles de lograr de otra forma.
La primera duda a aclarar es cuál es la mejor época para injertar rosales, ya que el injerto es un proceso muy agresivo para ambas plantas, pero sobre todo para la yema injertada, por lo que no puede realizarse en cualquier época del año. Para maximizar las posibilidades de éxito del injerto, debemos buscar el momento óptimo para la planta.
En el caso de los injertos de rosales, esto se da normalmente en verano, después de la floración. El mejor momento para podar la yema e injertarla es aproximadamente una semana después del marchitamiento de la flor en el pedúnculo floral en cuestión.
Es importante haber regado abundantemente la planta los días anteriores a la retirada de la yema, pero el día de la realización del injerto es mejor hacerlo sin haber regado la planta aún. Los mejores momentos del día para esto son por la mañana o al atardecer. Sabiendo esto, ya podemos adentrarnos en conocer cómo se hace un injerto en un rosal.
Uno de los métodos más utilizados a la hora de injertar rosales es el injerto por escudete. Este acostumbra a dar buenos resultados en esta planta en la mayoría de casos si se realiza bien. Sigue estas instrucciones para saber cómo injertar un rosal paso a paso:
Este proceso se usa habitualmente tanto cuando se busca cómo injertar un rosal de pie alto, como si se trata de injertar un rosal trepador. A veces podemos incluso encontrarnos ante rosales de doble injerto, en que las raíces y base del tallo son de una planta, el tronco o tallo principal de otra y finalmente la copa del rosal de floración deseada es de una tercera planta, por lo que se han tenido que hacer dos injertos.
La técnica del escudete puede utilizarse también para injertar rosas de un color determinado en un patrón con rosas de otro color. De esta forma, cuando el injerto es exitoso, permite que el rosal dé flores de los dos colores, o hasta de más si realizamos más injertos. Por tanto, necesitarás hacer un esqueje de una de las plantas con el corte adecuado para un injerto, para luego poder realizar el injerto del rosal, tal y como hemos explicado antes, en la otra planta.
Lógicamente, en este caso concreto no se poda el patrón por completo por encima del injerto, ya que queremos mantener la floración de ambos.
Después de hacer el injerto de rosal, este necesitará de algunos cuidados más específicos, ya que es un proceso, como hemos dicho, muy agresivo para la planta. Te recomendamos seguir estos consejos sobre los cuidados de un rosal injertado:
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