Matriarca es una empresa que promueve el desarrollo de las comunidades del norte argentino a través de la comercialización de la producción local de estos pueblos a nivel nacional e internacional. Los productos de la marca trascienden fronteras y llegaron a las ciudades más reconocidas del mundo.
La empresa fue fundada por Paula Marra en 2013. Luego de un viaje personal al norte, la ingeniera agrónoma se interesó por las artesanías y los valores de las comunidades del lugar. Criada en Carlos Casares, provincia de Buenos Aires, la empresaria siempre tuvo una veta de emprender desde lo social. “Cuando llegué me encontré con un fuerte prejuicio hacia los sojeros por parte de los habitantes de las comunidades. Poco a poco, fuimos acercando nuestras posiciones y armamos una estrategia en conjunto”, explicó Marra.
Para el diseño del plan de desarrollo, Marra convocó a un colectivo de instituciones públicas y privadas como el INTA, las Secretarías de Producción de las provincias, empresas proveedoras de internet y celulares, ONGs e inversores privados interesados en el proyecto. Para la definición del sistema de producción y los tipos de productos a lanzar al mercado, el colectivo contó con la ayuda de treinta diseñadores.
A partir del trabajo de muchas mujeres, Matriarca promueve el desarrollo de las áreas rurales en la región del Gran Chaco –conformada por las provincias de Chaco, Formosa, Salta y Jujuy–. La red funciona como una verdadera cooperativa y está integrada por 1.400 mujeres provenientes de las etnias Warmi, Wichi, Qom y Pilagá; ellas mismas se encargan de la recolección de la materia prima y la producción de los productos. Las materias primas elegidas son la lana, el chaguar y las hojas de carandillo, en cestos de todos los tamaños. Cada una de las piezas realizadas cuenta con su correspondiente etiqueta, donde se indica el nombre de la autora, la comunidad a la que pertenece y la técnica utilizada.
La base del proyecto está en el respeto por las técnicas ancestrales de las comunidades y en la capacitación de las artesanas en idiomas y nuevas tecnologías. “El colectivo tuvo muchos éxitos en estos años. Logramos darles electricidad, conectividad, agua y huertas para mejorar su alimentación y sus viviendas”, expresó su fundadora.
Matriarca produce carteras, sobres, bufandas, colchas, ponchos, chales, mantas, cestería, almohadones y accesorios, que son comercializados en su showroom y a través de su página web. Además, la firma se presenta regularmente en ferias de la Argentina y otros países del mundo, como Francia y Estados Unidos.
La empresa, que fue pensada como una marca de identidad latinoamericana, planea incorporar este año productos hechos en Paraguay y Bolivia. Otro de los futuros proyectos implica la producción de vinos de altura en la bodega Valle Arriba, en la provincia de Salta.
Actualmente, Matriarca es accionista de La Hilandería Warmi en Jujuy, y tiene montado un pop-up store en el barrio de Chelsea, en Nueva York (Estados Unidos). La curaduría estuvo a cargo del fotógrafo argentino Javier Ortiz, quien realizó una selección de obras que componen la obra “Invisible Works”, en honor a la relación que tienen las comunidades del Gran Chaco con sus creencias. Esta iniciativa surgió dentro de un contexto de impulso al indigenismo en los museos más importantes del mundo.