El reconocido barista porteño, Diego Lobos, brindó una serie de tips para preparar el mejor café del mundo desde la comodidad de tu casa. Existen cinco métodos diferentes, completos y sencillos para que la infusión te salga exquisita sin gastar una fortuna. A continuación, te los detallamos.
El Chemex es un aparato de extracción clásico, de elegante diseño, que fue creado por el químico alemán Peter J. Schlumbohm en 1941. El método consiste en un goteo, donde el agua pasa a través de una capa de café y un filtro de papel. El resultado es una infusión totalmente limpia, aromática y sin aceites.
Fue lanzado hace once años por la empresa japonesa Hario. Su nombre proviene del vector 60, que hace referencia al ángulo de 60 grados ubicado en su cono.
Inicialmente, el aparato fue lanzado en cerámica y vidrio, luego mudó a plástico, hasta alcanzar la estructura de metal que porta actualmente. Está compuesto por un cono y un filtro, que se pone sobre la taza o jarra donde se sirve el café y da como resultado una infusión ácida, pero llena de dulzura.
Es un dispositivo inventado en 2005 por el técnico de la NASA, Alan Adler. Está formado por dos cilindros de plástico que funcionan como una jeringa que introduce aire a presión sobre la mezcla de agua y café molido para filtrar la infusión por medio de un papel o metal cilíndrico.
Los baristas recomiendan usar entre 50 y 70 gramos de café por litro de agua, a una temperatura de entre 85 y 95 grados. Además de ser portátil, duradero y más económico que una máquina de café expreso, es fácil de usar y limpiar.
También conocido como “método de vacío”, es una modalidad inventada por Loeff de Berlín en 1830, que se popularizó recién en 1840 cuando la francesa Madamme Vassieux lo patentó y diseñó.
El café se obtiene mediante el uso de dos recipientes, que gracias a la presión y el vacío dan como resultado una infusión totalmente limpia y fuerte. El equipo funciona cuando el agua entra en ebullición y se traslada a la base esférica superior.
Es el clásico método francés que utiliza una molienda muy gruesa que se deja infusionar durante unos minutos. El resultado es una taza de café suave de gran sabor.
Es una de las formas más sencillas de preparar la infusión, ya que funciona mediante una extracción por inmersión completa, acompañada por un filtro de malla metálica. La habilidad para controlar las variables de la prensa –temperatura del agua, molienda y tiempo de extracción– será esencial para determinar el gusto.