Açaí: la fruta del bosque estrella de Brasil llega a China

Natural y versátil - se convierte en pulpa comestible, polvo y cápsulas, en cremas cosméticas e incluso perfumes - es fácil ver por qué la gente de la Amazonía brasileña está hablando cada vez más de su fruta de palma nativa açaí que “se ha ganado el mundo ".

Ya llamada superalimento por sus valores nutricionales, la baya de açaí se produce sin deforestar, lo que lleva a algunos expertos a identificarla como uno de los caminos más prometedores para el desarrollo sostenible en el bosque tropical más grande del mundo.

Pero detrás del entusiasmo, queda un largo camino por recorrer. Sin inversión, la producción nacional no puede satisfacer la demanda interna cada vez mayor, y mucho menos la mundial.

99%del açaí que produce Brasil se consume en el país

n 2019, Brasil produjo 1,4 millones de toneladas de açaí, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). El país exportó menos del 1% de eso. Los niveles están actualmente muy por debajo de otras frutas superalimentos como la granada, cuya producción solo en India, el principal productor, supera los 2,2 millones de toneladas.

Pero durante los últimos cuatro años, los productores se han esforzado por cultivar el gusto por el açaí en China, el mercado de consumo más grande del mundo. Teniendo en cuenta una base de consumidores chinos urbanizados con hábitos alimenticios más aventureros, especialmente los jóvenes, la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones ha estado promoviendo el açaí en China desde 2017.

Ya han tenido algunas pequeñas victorias. Este año, OakBerry Açaí Bowls, uno de los principales vendedores de açaí del mundo, abrió una tienda en un centro comercial de Shanghai, uno de los más grandes de China, y ahora vende mezcla de açaí, una mezcla dulce congelada de pulpa y agua, jarabe de guaraná, saborizantes y estabilizantes. La compañía también quiere distribuir el producto confeccionado a los supermercados y abrir cuatro tiendas más para 2021, incluso en Beijing y Hong Kong.

Un empleado sirve una porción de açaí en la tienda de Oakberry en Shanghai.

“Tenemos una base de consumidores comprometida, formada principalmente por la comunidad alrededor de la tienda, que trabaja en el perímetro del centro comercial”, explica Karim Fahs, un franquiciado de OakBerry en China. Pero el desafío para los comerciantes extranjeros de dar a conocer el açaí en un país sin Google, Facebook o Instagram es considerable. "No sabemos qué hay en Internet. Primero tenemos que hacernos existir en el mundo online chino ".

Otros productores ya pueden exportar pulpa a China en pequeñas cantidades. En la actualidad, los proveedores brasileños están mal preparados para incluso un pequeño aumento de la demanda de China.

Ivan Saiki, que ha estado exportando la fruta durante 15 años pero no a China, dice que incluso si una parte de su población consumiera una cantidad mínima por persona por año en promedio, "no habría forma" de satisfacer la demanda. Saiki pide inversión, apoyo y una política de incentivos para crear una cadena de producción global.

Las ganancias de Açaí fuera del Amazonas

Gran parte del consumo mundial de açaí se presenta en forma de alimentos procesados, incluidas las bebidas energéticas y los helados, que contienen poco de la baya en su formulación final y a menudo se fabrican en otros países, como los EE . UU . Con un bajo nivel de industrialización en la cadena del açaí a nivel nacional, Brasil tiene un camino por recorrer antes de poder dominar el mercado global.

De los 15.000 millones de dólares que mueve el mercado del açaí a nivel mundial, solo 1.000 millones regresan al Amazonas

"El problema de no invertir en nuestros productos nativos es que hay quienes quieren hacerlo [desde] fuera, ya sea en otro estado o en otro país", dice la agrónoma Anecilene Buzaglo, quien tiene 15 años de experiencia acompañando a productores de açaí en el Amazonas. “Fue así con el árbol del caucho, el cacao y el guaraná, solo por nombrar algunos productos autóctonos de la Amazonía”.

El resultado es que los estados amazónicos se benefician muy poco del cultivo de açaí, a pesar de albergar casi toda su producción, dice el ingeniero climático Carlos Nobre, quien aboga por la inversión en tecnología para convertir la Amazonía en una potencia bioeconómica.

“De los US $ 15 mil millones que mueve el mercado del açaí en todo el mundo, sólo $ 1 mil millones regresan al Amazonas”, dice.

También hay una falta de inversión en pequeños productores, que producen açaí en los bosques brasileños para aumentar sus rendimientos y satisfacer la creciente demanda interna.

El cultivo y la recolección siguen siendo prácticamente artesanales. Gran parte de la fruta de açaí proviene de áreas manejadas por pueblos ribereños nativos a lo largo de la cuenca del Amazonas, según Embrapa, la Corporación Brasileña de Investigación Agrícola. La recolección y el transporte son especialmente difíciles en el estado de Pará, donde las áreas a menudo se inundan, lo que dificulta el acceso de los barcos. A menudo, es necesario cargar manualmente la cesta con la fruta ventilada y abierta para que no fermente.

“La cosecha basada en el extractivismo vegetal es inestable, el precio oscila y el mercado internacional no lo acepta. Hay que tener una producción regular durante todo el año”, dice Saiki.

Otros desafíos incluyen las condiciones precarias para el transporte del açaí a los centros urbanos y el mal almacenamiento que puede generar pérdidas que la Asociación Brasileña de Exportadores de Frutas y Derivados (Abrafrutas) estima entre el 30% y el 40% de la producción.

Este es uno de los cuellos de botella para la producción de açaí en Pará. En áreas remotas, la cosecha puede representar el 50% del costo total de producción, según José Urano de Carvalho, profesor de Embrapa. Los llamados peconheiros trepan palmeras de más de 12 metros de altura con paja trenzada para sostener sus pies y sin equipo de seguridad.

En el estado de Amazonas, considerado un mercado prometedor por el rendimiento de pulpa de la especie nativa Euterpe precatória , que es casi el doble del de las especies encontradas en el estado de Pará ( Euterpe oleracea ), existen otros obstáculos. La cuestión de la regularización de la tierra (o propiedad a través de titulación formal), puede impedir el acceso al crédito, la producción de plántulas y la investigación, según Luiz Herval Filho, director de Asistencia Técnica y Extensión Rural del Instituto Estatal de Agricultura Sostenible del Amazonas y Desarrollo Forestal (IDAM).

"Se necesita un año para cultivar una plántula lista para plantar ... cinco más para comenzar a producir fruta a escala comercial", dice.

Un camino hacia el desarrollo sostenible

Carvalho de Embrapa explica que 100.000 hectáreas de tierra firme serían suficientes para duplicar la producción actual de açaí en Pará. Esto representa una fracción de las 500.000 hectáreas ocupadas por soja en el estado. El acceso a esta tierra debería ser sencillo ya que el cultivo de açaí puede tener lugar en áreas de pastos degradados, que superan los 200 millones de hectáreas en Brasil.

"Ninguna hectárea de açaizeiro [palma de açaí] establecida en tierras del Amazonas se ha plantado en bosque primario", dice Carvalho, y agrega que todas las plantaciones ocupan áreas de pastizales o campos de cultivo degradados que ya no eran de interés para los agricultores.

Las inversiones en açaí también fortalecerían a las comunidades cuyo sustento se basa en los recursos naturales, que hoy ocupan 8,1 millones de hectáreas de bosque público en el bioma amazónico. Estas áreas se han establecido como reservas extractivas o unidades de conservación para uso sostenible. Son administrados por consejos compuestos por comunidades locales, instituciones gubernamentales y organizaciones no gubernamentales.

Trabajadores cargan cestas de bayas de açaí en barcos en Belém, norte de Brasil 

Aunque las reservas extractivas existen en Brasil desde 1988, la mayoría de las familias aún tienen bajos ingresos y están expandiendo gradualmente la ganadería extensiva como fuente de ingresos, lo que se suma a la presión para deforestar, según un informe del Instituto Amazónico de Investigaciones Ambientales (IPAM). .

Pero el cultivo del açaí, junto con las frutas autóctonas como el cacao y el castaño, es hasta veinte veces más rentable que la producción de soja y carne en la Amazonía. Un estudio de 2019 de la Fundación Centro de Referencia para Tecnologías Innovadoras (CERTI), mostró que un cultivo de açaí en un sistema agroforestal rinde 12,400 reales / hectárea por año (US $ 2,300), mientras que la carne y la soja rinden 604 reales / hectárea ($ 112) por año. .

El Açaí también genera varios coproductos que podrían ser utilizados por la industria local. Antônio Mesquita, de la Universidad del Estado de Amazonas (UEA), descubrió que la semilla del fruto puede producir paneles tipo MDF más resistentes que los eucaliptos de uso común.

Votorantim Cimentos, una empresa cementera que firmó un pacto sectorial para eliminar las emisiones de carbono en la producción para el 2050, reemplazó los combustibles fósiles con semillas de açaí en los motores de las calderas de una de sus unidades en Pará. La operación obtiene 70.000 toneladas de semillas al año.

"¿Por qué no traer tecnologías de cuarta generación para estimular la industria en la Amazonía de manera descentralizada y construir la capacidad de las poblaciones rurales y urbanas para participar en un modelo bioindustrial?" pregunta Nobre.

"Debe haber políticas públicas y un gran interés de la industria brasileña para romper la tradición cultural de que la Amazonía debe ser proveedora de productos primarios".

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