Florencia Sosa: la joven empresaria que revoluciona Catamarca

Florencia Sosa es una joven catamarqueña de 27 años, oriunda de San Fernando del Valle de Catamarca, que desde 2018 se desempeña como la principal administrativa de ECA Emergencia Médica, una empresa privada líder en la provisión de servicios de salud en la provincia. Si bien asumió el cargo luego de que su padre falleciera de una grave enfermedad, no mostró inquietudes a la hora de gerenciar una firma con más de tres décadas de experiencia y 600 empleados, y pudo darle a la compañía familiar su impronta millennial, cargada de energía y ganas de crecer.

Según dicen, Sosa es la empresaria más prominente de Catamarca, porque a su corta edad supo reunir las fuerzas para sacar adelante a un gran número de trabajadores de rubros tan diferentes como la salud y los combustibles. Además, por ser millennial, muchos la ven como una voz capacitada para promover la actividad privada en regiones pobres con marcadas diferencias socioculturales. ECA cuenta con más de cuarenta mil afiliados, en una provincia que solo dispone de 400 mil habitantes.

La heredera también es dueña de la red de farmacias Minerva, creó una E-Card de salud que lleva más de 55 mil tarjetas emitidas en tres años, y dirige dos estaciones Axion Energy y plantaciones de nueces y olivos.

“Tengo los recursos para asumir el rol que ocupo. Mi prioridad son las familias que dependen de nuestras empresas. Mi padre nació en Pomán, un pueblo de dos mil habitantes a pocos kilómetros de la capital, donde tenía una finca con nueces y una pequeña farmacia que disparó mi inquietud por crecer en el rubro. Quiero llevar a Minerva a otras provincias y transformar la e-Card en una tarjeta de crédito para incursionar en el mundo financiero”, expresó la joven que durante su formación, realizó un máster en Finanzas en la prestigiosa Universidad de Yale (Estados Unidos) y asistió a un programa de Liderazgo Femenino.

Sosa aseguró que le hubiera encantado hablar con la actual gobernadora, Lucía Corpacci (Partido Justicialista) sobre sus ideas sobre cómo valorar la labor de las mujeres emprendedoras y líderes de proyectos en la sociedad, pero no tuvo aun la chance. “No tuvimos la oportunidad. Resta mucho por hacer en el norte del país. Acá en Catamarca tenemos un avión sanitario privado que ni siquiera tiene techo: está colgado en un hangar de Buenos Aires”, comentó.

Sobre el cambio de un hombre con experiencia a una mujer que apenas da sus primeros pasos en el mundo empresarial, afirmó que aunque desde el momento en que se lanzó a la aventura contó con el apoyo de sus colaboradores, no fue fácil hacerse respetar como una persona capaz y responsable teniendo menos de treinta. “Muchos no sabían cómo interactuar conmigo porque pasar de un hombre de 60 años a una chica de 27 es un cambio muy grande. Cuando asumí, reuní a todos los empleados en el auditorio de la ciudad para hacer una gran presentación y con el paso del tiempo las cosas se fueron dando naturalmente. Mi intención es seguir invirtiendo en Catamarca. No hubiera logrado nada de lo que logré sin el apoyo moral de mi madre, mi equipo de trabajo y los socios que acompañan a mi familia hace tantos años”, concluyó.