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a Argentina cuenta con las más avanzadas herramientas a nivel mundial y con la posibilidad de contratar a contratistas forrajeros sumamente capacitados en la materia. A esto se le suman técnicos y profesionales que han llevado al país a convertirse en una fábrica de ensilajes de excelente calidad.
Compartimos tres puntos básicos para lograr un buen silaje.
La mayor calidad potencial del silo se inicia en el cultivo. En esta fase, el mismo debe recibir tratos similares a un cultivo para cosecha. Todo el cuidado, desde la siembra hasta el momento de picado, debe seguir los mismos estándares que para agricultura: plan de rotación, control de siembra, fertilización, control de malezas y control de insectos.
Esta fase está determinada por la cantidad de humedad de la planta, el indicador más importante a la hora de ingresar las máquinas al lote.
El momento correcto se decide a través del monitoreo del cultivo, el recorrido de todos los lotes, el secado en estufa o microondas y la estimulación del contenido de materia seca (MS) de las mismas.
Si bien los contratistas más calificados están preparados para realizar las tareas de confección de silos, los productores también pueden exigir el cumplimiento de ciertas condiciones para lograr la mejor calidad en ésta parte del proceso.
Lograr la menor compactación del lote con el uso de máquinas, camiones o carros, con rodados acordes para trabajar en los lotes o cubiertas de alta flotación, están entre los requerimientos más solicitados.
Es conveniente utilizar bandejas separadoras de partículas para controlar el picado. Esta herramienta permite determinar fehacientemente si la picadora está entregando correctamente el material picado. Dependiendo del uso que se le dé al silaje, para algunos rodeos se necesitará fibra más larga o granos más procesados o, por el contrario, fibra más corta y proporciones variables de ésta.