Las calabazas, tan variadas como desconocidas

Su alto contenido en agua, rico en vitaminas y escaso en hidratos de carbono y calorías hacen de este producto una estrella de temporada

Las calabazas, tan variadas como desconocidas
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as calabazas son uno de los productos de nuestra huerta que mayor reputación tienen entre nutricionistas y consumidores. Sus altos valores en minerales y vitaminas, entre los que destaca el ácido fólico, el potasio, el calcio, el magnesio, el hierro y el zinc, y su escaso contenido en hidratos de carbono y calorías, la convierten en un alimento muy atractivo con el que confeccionar todo tipo de sopas, cremas, ensaladas, snacks, cocidos y ricos postres.

Nuestro recetario culinario contiene miles de recetas donde la calabaza es la protagonista y eso es debido en buena medida a la importante presencia del producto en nuestra huerta. Además, es una de las hortalizas que mejor se aprovecha, ya que casi todos sus elementos tienen algún uso y no solo culinario.

Por eso, la calabaza se convierte en un producto estrella de temporada, debido a la enorme variedad de tipos que encontramos y a sus múltiples posibilidades. Y aunque los tiempos cambian y las técnicas de cultivo evolucionan, siguen las prácticas propias de antaño y, desde la empresa, cuidan y miman las calabaceras como se hacía en los tiempos de nuestros antepasados.

La vitamina C, la fibra y el potasio son elementos que benefician la presión arterial, con lo que convierten a esta hortaliza en un aliado para combatir la hipertensión.

De hecho, una de las variedades estrella es “la calabaza de mi abuelo”, comenta Ernest Mas, responsable de huerto de Disfruta & Verdura, en relación con esta producción ecológica que dirige en sus campos. “Es una variedad autóctona, redonda y pequeña que ya hacía mi abuelo, que hemos ido conservando por su gran sabor y textura, aunque produce poco (menos de la mitad respecto una calabaza híbrida), pero su calidad organoléptica marca la diferencia”, añade.

 

Formas, tamaños y colores

En la huerta de Disfruta & Verdura encontramos calabazas de todo tipo. Desde pequeñas como un kiwi hasta gigantescas de 200 kilos. Puntiagudas, rugosas, lisas, gruesas, delgadas, alargadas, esféricas… En definitiva, sus colores y aspectos son muy variopintos, pasan por formas muy distintas y no todas son preferentemente comestibles, aunque no por eso dejan de tener alguna utilidad. Entre las más peculiares encontramos la calabaza vinatera, la del pelegrino, que se vacía y sirve para poner vino.

O también llama la atención la calabaza luffa que, una vez seca y sin piel exterior, es una auténtica esponja natural. También la calabaza espagueti, donde su carne es filamentosa y es ideal para hacer espaguetis vegetales. La calabaza cabello de ángel, destinada a hacer dulces. ¿Y qué decir de las semillas? Esas pipas tostadas de calabaza que son una irresistible tentación. Pero hay más, sus flores también son comestibles, igual como lo son las del calabacín.

 

Dime que calabaza tienes y te diré de dónde eres

Ernest Mas comenta que la calabaza es una de las hortícolas con más variedades y tipos y que muchas de esas variedades van ligadas a un territorio y una cultura, ya que son autóctonas y muy diferentes las unas de las otras.

Encontramos calabazas muy grandes y alargadas llamadas carruecano, que son populares en el norte de España e Italia. Existen también las tipo “muscat” que son grandes, redondas y acostilladas, muy frecuentes en Francia y países vecinos. También hallamos otras que son de un color entre azul y gris, muy presentes en Alemania. Los zapallos, tipo bellota, en la zona centro y sur de América. Sin olvidarnos de las “buttercup”, de color verde oscuro; las típicas de Halloween (norte de América), o por ejemplo las Hokkaido o Kabocha que proceden de Asia.

Quizás la variedad más global y habitual en nuestros mercados es la calabaza violina, cacahuete o “butternut”, que tienen un tamaño reducido, de fácil pelado y troceado y muy productivas al ser la mayoría semillas híbridas.

 

Grandes propiedades de la calabaza

Precisamente, por sus nutrientes, vitaminas y minerales, las calabazas son un alimento que nunca debería faltar en nuestra cesta de la compra. Sus aportaciones a nuestro organismo son numerosas y dignas de reconocimiento.

La vitamina C, la fibra y el potasio son elementos que benefician la presión arterial, con lo que convierten a esta hortaliza en un aliado para combatir la hipertensión. En cuanto a fertilidad, su aportación en hierro a nuestro organismo, junto a los beta-carotenos la convierten en un perfecto aliado antes, durante y después del embarazo.

Nuestros ojos también agradecerán la ingesta de calabaza, ya que su contenido en vitaminas C y E previenen el daño degenerativo del globo ocular. Y es precisamente la vitamina C una de las mejores aportaciones que podemos dar a nuestro organismo para reforzar la inmunidad.

Los beta-carotenos de la calabaza son muy positivos contra el cáncer de próstata y de colón, como también lo son los melocotones, los cítricos, el melón y la sandía.

 

La Vanguardia

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