n conflicto paraliza las exportaciones de granos y subproductos. Desde hace quince días, un conflicto salarial pone en jaque al sector cerealero. La medida de fuerza afecta a todos los puertos cerealeros de todo el país y ya provocó pérdidas diarias estimadas en US$100 millones.
La imagen es triste: hay más de 130 buques repletos de harina, aceite de soja, trigo y maíz que no pueden descargarse. El motivo que disparó la situación fue provocado por una puja salarial entre gremios y exportadores que, hasta el momento, no parece tener solución.
Ante la imposibilidad de llegar a un acercamiento, la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (Ftciodyara), el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento San Lorenzo (SOEA) y la Unión de Recibidores de Granos y Anexos (Urgara) evalúan extender la medida por tiempo indeterminado.
El principal reclamo se centra en una adecuación salarial por parte de los sindicatos. Por el lado de los empresarios, piden tiempo para evaluar el pedido, pero exigen el levantamiento de la medida.
Más allá del impacto sobre las ventas al exterior, desde el sector advierten que, de extenderse el paro, podrían surgir inconvenientes para el abastecimiento interno de aceite. Mientras tanto, el rol del Gobierno Nacional como intermediario brilla por su ausencia.