n medio de la selva misionera, rodeado por las aguas del Paraná, el Uruguay y el Iguazú, se encuentran cinco impresionantes posadas que conjugan la majestuosidad de la naturaleza y la comodidad ideal.
Se trata del único alojamiento ubicado dentro de la Reserva de la Biósfera Yabotí. Cada una de sus siete cabañas cuenta con dos habitaciones, a las que se ingresa por puentes en los árboles, y una inmensa terraza sobre las copas que permite ver el paisaje. En tierra, la atracción es la pileta rodeada de árboles.
Moconá ofrece tours con aventuras extremas en medio de la selva: tirolesa de dos tramos a 65 metros de altura, rappel, kayak y tubing.
Solo con un auto todo terreno se puede llegar a la cabaña Don Enrique, ubicada a orillas del Paraíso. Tres de sus cuatro núcleos tienen capacidad para cinco personas y el restante para tres, pero todas tienen su propio muelle para acceder al río.
Este espectacular alojamiento está dentro de la reserva privada de sesenta hectáreas que pretende contribuir con la preservación de la selva misionera y la revitalización de la cultura guaraní.
Los visitantes pueden disfrutar de caminatas por la selva, en las que pueden avistar fauna autóctona y especies vegetales. En cuanto a los deportes extremos, el kayaking es la estrella del lugar. También se realizan visitas guiadas a la Reserva Yabotí o la Reserva Moconá.
A solo setenta kilómetros de las Cataratas se halla Surucua, una pensión en la que sus dueños recomiendan quedarse como mínimo dos noches. Kayak, paseos en bicicleta por la selva, caminatas guiadas y atardeceres en el río Iguazú, son algunas de las actividades que ofrecen.
Se trata de una posada gigante con más de cien hectáreas, repleta de naturaleza salvaje. Cuenta con dos cabañas, una para seis personas y la otra para cuatro, cada una con su propia terraza. Además, posee pileta, un quincho y un restaurante.
Entre las actividades disponibles, invitan a recorrer el lago en canoa, a realizar caminatas por el predio para avistar la fauna nativa y la preferida por los turistas: las caminatas nocturnas.
En las cercanías del Parque Provincial Salto Encantado se encuentra esta hostería construida íntegramente de madera reciclada, que tiene más de diez años de antigüedad. Sus tres cabañas poseen una impresionante vista hacia un cañadón.
Dentro del lugar hay ciertos saltos ocultos, siendo el más buscado el Salto Encantado, una caída de cincuenta metros que corre dentro del Parque.