Ambiente Sustentable / Huella de Carbono

El maíz como respuesta a las nuevas demandas

Ese fue el foco de uno de los paneles del Congreso Maizar 4.0, del que participaron Julián Echazarreta, secretario de Agricultura de la Nación, y Agustín Tejeda, presidente del Congreso, entre otros

El maíz como respuesta a las nuevas demandas
miércoles 15 de julio de 2020
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ómo responde la cadena del maíz a las nuevas demandas ambientales, económicas y sociales? Ese fue el tema de debate del panel integrado por Julián Echazarreta, secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación; Agustín Tejeda, presidente del Congreso Maizar; Gonzalo Agusto, economista jefe de la Bolsa de Cereales de Córdoba; y Hernán Zunino, de The Nature Conservancy (TNC), en el Congreso Maizar 4.0.

El primero en tomar la palabra fue Hernán Zunino, quien afirmó que “la cadena del maíz es la respuesta a las nuevas demandas”. Asimismo, aseguró que “la deforestación es parte de un tema global y la agricultura comercial juega un rol importante; el Gran Chaco fue una de las áreas más afectadas”.

En ese contexto, manifestó que no le pareció casual que la Ley de Bosques, que clasificó las áreas del país para proteger a las más vulnerables, haya surgido en 2007, cuando las tasas de deforestación eran más altas. “En la medida en que hay más conciencia y reclamos, crece la necesidad de trazabilidad: se busca saber de dónde provienen las distintas materias primas, que no sean de deforestaciones”, explicó.

“La Argentina es pionera en protocolos de buenas prácticas: siembra directa, cultivos de servicio, proteger los hábitats naturales, cuidar el uso de insumos; son todas prácticas usuales en el país que en el mundo no están ni cerca. Hay un largo camino recorrido de un modo paradigmático, surgido del propio sector productivo. El desafío es comunicar y, sobre todo, diseminar, que no sean solo los productores de mayor escala. Y para eso hacen falta incentivos”, expresó.

Por otro lado, recordó que la Unión Europea ha rubricado el Pacto Verde para llegar a ser carbono neutro en 2050. Una de las iniciativas consiste en disminuir al mínimo el ingreso de productos relacionados con deforestación. “Carbono, biodiversidad y deforestación son problemáticas interrelacionadas y demandan acciones conjuntas. Y van creando interés en los consumidores, con cada vez más productos de este tipo”, aseguró.

Por su parte, Agustín Tejeda, gerente de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y presidente del Congreso Maizar, enumeró algunas cifras del maíz. “En cuatro campañas, el área sembrada creció un 61% y la producción un 63%. Por primera vez en 23 años, el maíz superó a la soja”, afirmó.

En lo que respecta a la contribución económica del cultivo, presentó algunos valores del año pasado: las exportaciones totalizaron US$6.600 millones, lo que significó un incremento del 60% en comparación con lo registrado en 2015; la recaudación fiscal alcanzó US$2.960 millones, es decir, un 77% superior; y el Producto Bruto Interno (PBI) fue de US$12.440 millones de dólares, lo que implicó un aumento del 47%.

“Si sumamos no solo la primera transformación, sino también los eslabones de carnes y lácteos, la cadena ya significa el 16% de las exportaciones de la Argentina y el 4,5% del PBI, casi US$20.000 millones”, expresó Tejeda. En el período comparado, gracias a la eliminación de las retenciones, la producción pasó de 30,7 a 50,6 millones de toneladas de grano comercial.

En relación al empleo, recordó que las explotaciones agropecuarias en el país son 250.881 (77.691 con maíz y sorgo) y generan 735.524 empleos directos, es decir, el 6,2% de los trabajadores registrados en la Argentina.

Por otro lado, Tejeda destacó la gran contribución de la cadena a los sistemas productivos, ya que el maíz es el cultivo con mayor tecnología: el 92% se hace por siembra directa, el 30% realiza muestreo de suelos, y las gramíneas contribuyeron con el 43% del área cultivada.

“El maíz se ha convertido en el cultivo más federal, abriendo la posibilidad de clústeres de desarrollo territorial: carne bovina, porcina y aviar, cuencas lecheras, etanol, plantas de molienda húmeda y seca”, indicó. Sin embargo, sostuvo que la Argentina transforma relativamente poco del maíz que produce. “Hacen falta incentivos y apertura de mercados, porque la Argentina es un mercado maduro y abastecido para estos productos”, aseveró.

Asimismo, manifestó: “Sabemos que la coyuntura es difícil y pone en riesgo lo que conseguimos. Desde el inicio de la campaña 2021 es muy importante un plan integral de gestión de riesgos de mercado, de precios y climáticos, para que se hagan inversiones en medio de tanta incertidumbre”.

En tanto, Gonzalo Agusto, economista jefe de la Bolsa de Cereales de Córdoba, se refirió a las particularidades de la cadena en Córdoba, la provincia más maicera del país, que genera el 38% del cereal, seguida de Buenos Aires, con el 25%, y Santa Fe, con 15%.

En este sentido, Agusto sostuvo que, en los últimos cinco años, el área maicera aumentó un 69% en Córdoba, alcanzando las 2,7 millones de hectáreas. “Hace diez años, por cada hectárea de maíz había cuatro de soja; en la última campaña, hubo 1,5, lo que refleja la rotación y la incorporación de maíz en los planteos”, indicó.

En la misma línea, contó que en la última campaña Córdoba tuvo una producción de 21 millones de toneladas, el doble que hace cinco años atrás. En relación a la disponibilidad del cultivo por habitante, está primera con 6.000 kilos, frente a los 2.300 de Santa Fe y los 760 kilos per cápita de Buenos Aires.

Asimismo, comentó que en la provincia se transformaron 3,7 millones de toneladas, lo que equivale al 17% de la producción, si bien el promedio es del 35%. La mayor parte se destina a etanol (32%) y tambos (23%), y luego a producción ganadera y porcina (12% cada una), aviar (10%), molienda húmeda (9%) y seca (2%).

En cuanto a la producción de etanol de maíz en la Argentina, Agusto mostró cómo fue aumentando con respecto al de caña de azúcar, hasta superarlo el año pasado en una proporción de 52/48%. “Córdoba produce el 71% del etanol en base a maíz”, señaló.

El último en hablar fue el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Echazarreta, quien fue repasando el entramado de leyes que regulan al sector en distintos aspectos. “Las 50,2 millones de toneladas de maíz de la campaña pasada son imprescindibles para mantener otras industrias y la exportación, y dan cuenta de que la cadena va a los hechos”, afirmó.

En lo que respecta a la Ley de Biocombustibles, que vence el próximo año, dijo que “debe ser reemplazada por una que cree nuevos polos agropecuarios”, al tiempo que remarcó que “hay tecnología y desarrollos nacionales que sustentan la industria del biocombustible”.

En ese contexto, subrayó que “cuando se instala una fábrica de etanol, se contratan ingenieros, técnicos, convenios con universidades, un polo de conocimientos y energía. En la Argentina está la tecnología; el capital humano está vigente en la cadena”.

Finalmente, advirtió que aún con todo el entramado legal, hay algunas leyes pendientes, haciendo referencia a la ley de aplicación de fitosanitarios, la de conservación y mejoramiento del uso de suelos –que perdió status parlamentario por una cuestión tributaria– y una ley de humedales, entre otras.

“Hay grandes potencialidades para crecer en biotecnología y bioeconomía. La integrada, conectada y previsora cadena de maíz echa por tierra la diferencia campo-industria. Los insto a seguir su hoja de ruta. Desde el Estado cuentan con todo el apoyo que sea menester desde el área que me compete”, concluyó Echazarreta.

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