as semillas Eucalyptus grandis varían de 0,6 a 1 milímetro de diámetro. Su tamaño minúsculo hace que, durante el proceso de cosecha, se mezclen con restos de hojas y de frutos, lo que dificulta la individualización de las simientes para la siembra directa. Con el objetivo de facilitar su manipulación e individualización, un equipo de investigadores del INTA Concordia –Entre Ríos– impulsa el peletizado de las semillas, un proceso que mejora la precisión del cultivo y permite hacer un uso más eficiente de los recursos.
En este sentido, Javier Oberschelp, especialista en mejoramiento genético forestal del INTA Concordia, señaló que “las semillas de Eucalipto que se comercializan en el país no atraviesan ningún proceso de limpieza o clasificación y, en la cosecha, se extraen los residuos de mayor tamaño (restos de hojas y frutos)”. Además de dificultar el proceso, esta situación “deriva en una gran heterogeneidad en la germinación y en el derroche de las semillas”, agregó.
De acuerdo con el especialista, en cada kilogramo de semillas de Eucalyptus grandis solo un 10 o 15 % corresponden a simientes viables, mientras que el resto son fragmentos de hojas, de frutos y de paráfisis (conocidas como semillas vanas o ‘vacías’). “Esto lleva a los viveros a realizar almácigos, lo que implica una posterior transferencia de las plántulas a bandejas multiceldas o a tubetes (repique), proceso que requiriere mayor mano de obra y el riesgo de ocasionar deformaciones en las raíces”, explicó Oberschelp.
“El peletizado consiste en recubrir la semilla pura con material inerte y aditivos (fungicidas, fertilizantes, bioestimulantes, etc.) para darle mayor volumen y homogeneidad”, detalló Leonel Harrand, integrante del equipo de mejoramiento genético del INTA Concordia, quien agregó: “Estas características permiten la mecanización de la siembra y posibilitan la siembra directa en bandejas multiceldas y tubetes, optimizando el uso de la semilla y agilizando el proceso, ya sea con sembradoras manuales, placas perforadas o equipos neumáticos”.
En la actualidad, el INTA Concordia cuenta con el equipamiento necesario para la limpieza y el peletizado de las semillas de Eucalipto y ofrece a los viveros forestales material de propagación de calidad genética y tecnológica superior.
“Tenemos disponibles semillas peletizadas con un tamaño de 2 a 3 milímetros de diámetro, del Huerto Semillero de Progenies y el Huerto Semillero Clonal de Eucalyptus grandis”, indicó Oberschelp y aclaró que se comercializan en unidades de aproximadamente 50.000 pelets mediante la Asociación Cooperadora que funciona en la Estación Experimental Agropecuaria Concordia.
Si bien el empleo de semilla peletizada no modifica las pautas de manejo de un vivero tradicional, hay dos aspectos que son muy importantes para lograr una adecuada germinación: la profundidad de siembra y el agua disponible para la imbibición y la emergencia de la semilla peletizada (primeros 5 días desde la siembra).
En cuanto a la profundidad de siembra, Harrand indicó que debe establecerse en torno a los seis milímetros, debido a que una siembra más superficial puede ocasionar ciclos diarios de secado y humedecimiento, lo que afecta la germinación; mientras que siembras más profundas impactan en la capacidad de emergencia de las plántulas.
Asimismo, los riegos deben ser abundantes (a saturación) e iniciados inmediatamente después de la siembra. Este riego inicial restablecerá la capilaridad del sustrato e hidratará el pelet para iniciar la germinación, que deberá continuar con esta intensidad por al menos cinco días posteriores a la siembra. “Se debe tener en cuenta que, a diferencia de una semilla limpia, el pelet posee un recubrimiento adicional que debe hidratarse, romperse y mantenerse en ese estado hasta emergencia de la plántula, por lo que es crítico una elevada disponibilidad de agua”, puntualizó Harrand.
El poder germinativo de la semilla peletizada de Eucalipto ronda entre un 70 y 80 %, tanto en laboratorio como en vivero. Sin embargo, en un vivero es más variable por estar sujeto a condiciones ambientales y de manejo, como temperatura y humedad del sustrato durante la germinación y a la presencia de hongos fitopatógenos, que pueden afectar la emergencia de las plántulas.
INTA Informa