Las leyes agrícolas son la única forma de sacar a la agricultura de la trampa de los bajos ingresos

os agricultores protestan contra el nuevo proyecto de ley agrícola en la frontera de Singhu el 19 de enero de 2021 (Foto expresa de Abhinav Saha).

La agricultura india creció alrededor del 1 por ciento anual en los 50 años anteriores a la independencia. Ha crecido aproximadamente un 2,6 por ciento anual en la era posterior a la independencia para convertirse en el segundo productor de alimentos más grande del mundo. Esta transformación ha sido posible mediante el aumento de la superficie cultivada y la adopción de tecnologías de producción modernas. Aunque la agricultura es la principal ocupación de la India, su contribución al PIB ronda el 17 por ciento porque la productividad agrícola casi se ha estancado. Alimentar al segundo país más poblado del mundo sigue siendo una responsabilidad primordial y el gobierno tiene que encontrar formas de mantener el interés de los agricultores en la agricultura.

En comparación con el promedio mundial del 11%, alrededor del 51% de la superficie de la India ya está cultivada, y las tierras secas de secano constituyen el 65% de la superficie neta sembrada. No hay más margen para aumentar el área de cultivo y la fatiga de la investigación agrícola ha estrangulado la productividad de los cultivos. Según el último censo agrícola, de las explotaciones agrícolas de 14,57 crore del país, 12,56 crore (86,21%) son explotaciones pequeñas y marginales (menos de 2 hectáreas) que representan el 47% del área agrícola total explotada. Con un promedio de al menos cuatro miembros por familia, la agricultura es la fuente de sustento para este medio billón de personas, generando un ingreso mensual aproximado de Rs 6,000 - Rs 50 por persona por día.

En todo el mundo, es el agricultor quien decide el precio de mercado de su producto, pero en la India lo deciden los intermediarios. Durante la cosecha, los centros de producción agrícola ven un exceso de productos a precios desechables, mientras que la escasez y los precios altos dominan los centros de consumo. Aproximadamente el 16% de las frutas y verduras y el 10% de las semillas oleaginosas, las legumbres y los cereales mueren antes de llegar a la mesa del consumidor, mientras que el Índice Global del Hambre(GHI) del Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimentarias clasificó a India en el puesto 100 de 118 países en 2018. La 15a Comisión de Finanzas observó que los subsidios a la energía ponen en peligro nuestros recursos de agua subterránea ya extenidos. El consumo de electricidad de la India en la agricultura es mucho mayor que el de cualquier país comparable y la extracción de agua subterránea es mayor que la de China y Estados Unidos juntos.

A lo largo de los años, influenciado por intervenciones gubernamentales como MSP, semillas y subsidios a fertilizantes, nuestro sistema de producción agrícola se ha centrado principalmente en el arroz y el trigo. Estas intervenciones alguna vez fueron esenciales para la seguridad alimentaria. Una vez logrados, deberían haber sido modificados para hacer cumplir las reformas que armonicen la agricultura con las demandas del mercado, incentivar la diversificación de cultivos y crear infraestructura para modernizar la agricultura. El auge económico de los últimos 25 años se debe a la apertura de la economía que comenzó con el primer ministro PV Narasimha Rao. Esto es exactamente lo que se requiere en el sector agrícola. Las tres leyes agrícolas que reforman el sector agrícola son muy necesarias.

El procesamiento es el mantra para generar mayores ingresos de los productos agrícolas y requiere inversión privada. Sin embargo, la inversión privada conlleva la obtención de beneficios y para que esto suceda, el inversor debe tener voz en la venta de los productos agrícolas. Esto es posible cuando el inversionista tiene un acuerdo legal o "contrato" con el agricultor-productor que garantiza la venta de productos a una calidad, cantidad y precio predeterminados. Esto es lo que establece el Acuerdo de Agricultores (Empoderamiento y Protección) sobre Garantía de Precios y Servicios Agrícolas de 2020. La Ley prevé que el inversor proporcione servicios agrícolas en forma de infusión de tecnología para lograr la producción deseada, protección contra la adquisición de tierras agrícolas y mecanismo de resolución de disputas. El temor de que esta ley conduzca a la explotación de los agricultores es infundado.

No recibir el precio correcto es la principal razón del descontento de los agricultores. La Ley de Comercio de Productos Agrícolas y Comercio (Promoción y Facilitación) de 2020 ahora da libertad a los agricultores-productores para vender sus productos a cualquier comerciante oa través de plataformas electrónicas modernas en cualquier lugar a un precio que él decida. La ley también define quién es el comerciante de productos agrícolas, establece el límite de tiempo para los pagos e incluye un sistema de solución de controversias. Esta Ley libera al sector de la Ley APMC, que brindó a los intermediarios la oportunidad de dictar precios y quedarse con la mayor parte de las ganancias.

La creación de almacenes, etc. permite, entre otras cosas, almacenar productos agrícolas perecederos y ponerlos a disposición durante la temporada baja, cuando los precios son altos, y mantener el suministro durante todo el año de materias primas agrícolas para las fábricas de transformación. Teniendo en cuenta estos requisitos, se aprobó la Ley de productos básicos esenciales (enmienda) de 2020 para regular el suministro de ciertos productos alimenticios solo en circunstancias extraordinarias. Para evitar que los comerciantes negros se aprovechen de esta ley bien intencionada, se podría haber agregado una cláusula adicional para establecer límites en el almacenamiento de productos de consumo directo.

Las tres leyes agrícolas pretendían romper el estancamiento en el sector agrícola. La forma en que obstaculizan el interés de los agricultores no ha sido explicada por ninguna de las organizaciones agitadoras de agricultores o sus simpatizantes políticos. El argumento de que estas leyes resultarían en una pérdida de ingresos estatales es absurdo, ya que el estado no puede obtener ingresos manteniendo a los agricultores en la pobreza perpetua.

Si se derogan las leyes agrícolas, sonaría una sentencia de muerte para los esfuerzos por mejorar el sector agrícola, ya que ningún partido político en el gobierno se atrevería jamás a llevar a cabo reformas agrícolas de nuevo, al igual que el programa de planificación familiar ha sido olvidado en el país.

Indian Express