Recomendaciones del INTA acerca del control de plagas y enfermedades en la soja

Manejo, monitoreo y Buenas Prácticas Agrícolas formarían parte del plan integral para mejorar la sanidad de los cultivos

Recomendaciones del INTA acerca del control de plagas y enfermedades en la soja
viernes 22 de noviembre de 2019

Si bien en los últimos años hemos sido testigos de numerosos avances en la industria química, las plagas y enfermedades que afectan a los cultivos no paran de crecer, por lo que los productores se ven obligados a buscar una verdadera solución. En este sentido, mientras que el uso de plaguicidas y fungicidas va perdiendo terreno, el manejo, el monitoreo oportuno y las Buenas Practicas Agrícolas (BPA) pisan cada vez más fuerte.

Al respecto, Juan Carlos Gamundi, investigador del INTA Oliveros y experto en el manejo integrado de plagas, señaló: “Muchas veces los productores llegan tarde a atender el problema y, en esa circunstancia, ya no importa lo que se aplique. Por eso el monitoreo es tan importante; se puede predecir y organizar un programa para estar más tranquilos”.

Sin embargo, reconoció que se trata de una práctica difícil, sobre todo en un cultivo cerrado como es la soja, que requiere de una gran logística de trabajo recorriendo en zigzag las parcelas y tomando distintas muestras para su posterior análisis. Muchas veces se actúa de manera improvisada y se realizan aplicaciones de forma preventiva con efectos contraproducentes.

Con el objetivo de evitar estos contratiempos, en el área de control de plagas se hace hincapié en el umbral de daños, que determina el nivel de tolerancia que puede tener la soja sobre cada población. El especialista sintetizó: “Hay cultivares que pueden tolerar hasta el 20% de defoliación sin perder el rendimiento en las etapas tempranas del cultivo, mientras que en la etapa reproductiva la tolerancia baja hasta el 10%”. De esta forma, al no actuar de manera preventiva, se establece un control biológico natural que aporta sustentabilidad al sistema.

En relación con la aplicación de los insecticidas, la recomendación de Gamundi es utilizar aquellos de escasa toxicidad y menor impacto ambiental. Por otro lado, en el caso de las enfermedades foliares, combinar distintos ingredientes activos y modos de acción para lograr un mayor control de hongos es la estrategia elegida por el especialista. Finalmente, siempre deben privilegiarse herramientas de resistencia genética como los tratamientos de curasemillas, que ayudan no solamente a prevenir las enfermedades, sino también a curar semillas con baja sanidad.

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