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os jazmines son todo un género de plantas, el Jasminum, que forma parte de la familia Oleaceae, que engloba especies tan conocidas y diferentes como el olivo, el fresno o la lila. Los jazmines tienen su origen en Asia tropical, y se trata de un género muy numeroso, con entre 300 y 500 especies, muchas de ellas muy apreciadas por los aficionados a la jardinería y las plantas gracias a sus llamativas y bonitas flores, algunas de ellas muy fragantes.
Sin embargo, como con todas las plantas, cuidar un jazmín para mantenerlo en óptimas condiciones conlleva siempre algo de esfuerzo y trabajo.
No siempre es necesario alarmarse ante algunas hojas amarillentas en el jazmín. Las hojas amarillentas en la planta indican clorosis, es decir, que la planta no cuenta con suficiente clorofila para todas sus hojas y algunas quedan precisamente así, amarillentas, por esta falta.
Si solo son algunas hojas de tu jazmín las que muestran esta coloración y es primavera, es muy posible que no ocurra nada malo con tu planta. Simplemente, en esta época el jazmín concentra sus energías en preparar nuevos brotes y la floración, por lo que las hojas más antiguas quedan desatendidas, es parte de su proceso natural de renovación.
Si esto ocurre, simplemente controla de cerca la evolución de tu jazmín y, mientras no sean muchas las hojas afectadas por la decoloración, no necesitas preocuparte.
Ante un jazmín con las hojas amarillas y manchas marrones, lo más probable es que tengamos un problema de exceso de humedad. Estas plantas necesitan de un riego frecuente, pero si nos excedemos con el agua ahogaremos las raíces, impidiéndoles absorber nutrientes y provocando ese efecto en las hojas del jazmín.
Si estás regando demasiado a menudo tu planta de jazmín, espacia la frecuencia de riego. Normalmente, un jazmín en maceta tendrá agua suficiente con un riego cada tres días en los meses cálidos y un riego semanal en los meses fríos. Riega siempre sin encharcar el sustrato y comprueba antes de hacerlo que la capa superior del mismo está seca.También puede ocurrir que la tierra o maceta del jazmín no ofrezcan un drenaje adecuado y, aunque la frecuencia de riego sea correcta, el sustrato retenga demasiado la humedad. Un mal drenaje es una fuente casi garantizada de enfermedades del jazmín, por lo que es muy importante que lo ubiques en una zona del jardín en la que el agua no se acumule, o que le prepares un sustrato ligero y un poco arenoso, en una maceta con agujeros de drenaje. La fibra de coco siempre es una buena opción en estos casos, así como un lecho de grava de río.
La otra de las grandes causas de las hojas amarillas en el jazmín es la falta de nutrientes, probablemente el nitrógeno. Las plantas con flor necesitan una gran cantidad de nutrientes para poder florecer cada año y si no les aportamos estos en el sustrato o en forma de abono, no podrán desarrollarse bien.
Asegúrate de abonar adecuadamente tu jazmín en función de sus necesidades, aportándole nitrógeno o algún fertilizante orgánico ecológico como el humus de lombriz, que es siempre una gran opción.
Además, el jazmín es una planta acidófila, que necesita de suelos ligeramente ácidos. Si el pH del suelo no es el adecuado, las raíces no podrán absorber los nutrientes del suelo aunque estén ahí. Añadir algo de azufre al sustrato es una forma de acidificarlo.
Si tu jazmín con las hojas amarillas y secas o blandas y marrones u oscuras está así por exceso de riego o mal drenaje, lo primero que debes hacer es dejar de regarlo inmediatamente. Si lo has regado en exceso, bastará con espaciar más los riegos, mientras que si el problema está en el drenaje, será necesario un trasplante. Si está en maceta, espera a que la tierra se seque un poco y trasplántalo a un nuevo recipiente con un sustrato con mejores propiedades. Una mezcla de turba, humus de lombriz y fibra de coco tiende a ser muy apropiada, y añadirle vermiculita y perlita ayudará a mejorar sus propiedades de retención de agua. Si está plantado en exterior, espera también a que se seque un poco y busca una zona adecuada en que la tierra no se encharque cuando riegas para trasplantarlo ahí. Si el problema está en la falta de nutrientes para el jazmín, simplemente habrá que aplicárselos. Conocer cómo revivir una planta de jazmín por falta de nutrientes es sencillo, simplemente sustituye los dos primeros centímetros de sustrato por una capa de humus de lombriz, que le aportará todo lo que necesita. También puedes usar fertilizante rico en nitrógeno,specífico para estas plantas.
La prevención, en este caso, consiste sencillamente en revisar que las necesidades de los jazmines arriba descritas están correctamente atendidas.
Un suelo ligeramente ácido y bien drenado, enriquecido con materia orgánica, y unos riegos correctamente espaciados, son la fórmula ideal para que tus jazmines crezcan fuertes y bonitos. Así, tus jazmines no tendrán las hojas amarillas por nada más que no sea su ciclo natural.
Ecología Verde
