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n mismo eje de conflicto. Al igual que la Argentina, Ucrania analiza la imposición de restricciones a las exportaciones de maíz. A la iniciativa del cuarto abastecedor mundial del grano se le suma la imposición de aranceles sobre las ventas externas de trigo por parte de Rusia, el primer proveedor de la demanda global del cereal. Los límites y alcances de estas polémicas medidas en el mercado de granos.
El país de Europa Oriental atraviesa una fuerte tensión entre los exportadores de maíz y los productores de ganado, quienes le exigen al Gobierno que imponga restricciones a la exportación del cereal. Como respuesta, el ministro de Desarrollo Económico, Comercio y Agricultura de Ucrania estudia la posibilidad de contener la suba del valor de los alimentos y de la materia prima utilizada por molineros y por productores de ganado fronteras adentro frente a un mercado internacional ávido de granos.
Mientras las autoridades analizan las posibles medidas, los diversos especialistas del mercado de granos en la zona del Mar Negro creen que las restricciones a la exportación conducirían a un déficit en las ganancias de los productores, al mismo tiempo que resultarán desventajosas para el Estado, que terminaría perdiendo divisas en plena pandemia.
En este caso, el Gobierno ejecutará aranceles a las exportaciones de de trigo a partir del 15 de febrero. El primer proveedor mundial del cereal confirmó que la medida se aplicará a toda la campaña 2021/2022 con fecha de inicio el 1º de julio.
La medida fue anunciada por el ministro de Economía de Rusia, Maxim Reshetnikov, quien adelantó que los impuestos también alcanzarán a otros cultivos como el maíz y la cebada, bajo la modalidad de “aranceles flotantes” durante la campaña 2021/2022.
Sobre el impacto sobre la producción de trigo en la cosecha, los especialistas advierten que, si bien la siembra de invierno ya está finalizada, podría haber repercusiones en los cultivos de la primavera.
En cuanto a las consecuencias de los aranceles rusos sobre el mercado internacional de trigo, los analistas no auguran una desaceleración significativa en las exportaciones, estimada en 38 millones de toneladas. Como efecto lógico, las exportaciones rusas se han intensificado durante los últimos días para evitar los aranceles. Al respecto, los exportadores aseguran que esto no provocará una escasez en la oferta interna.
