Agrivoltaísmo, para conciliar rendimientos agrícolas y energías renovables

etrás de este nombre compuesto se esconde una práctica aparentemente simple, pero ambiciosa y que parece capaz de conciliar los desafíos de la producción de energía con los de los rendimientos agrícolas.

Agrivoltaic, o agrivoltaic, se refiere al uso de paneles solares en una finca, y no junto a ella, con una perspectiva dual. Los paneles, colocados sobre parte de los cultivos, generan sombra y crean una especie de microclima sobre la zona de cultivo. Resultado: más frescura, por lo tanto, menos necesidades de agua para las plantas, pero también menos pérdidas relacionadas con la evaporación.

Una experiencia prometedora

Esta práctica, que ha ido ganando visibilidad desde hace varios años, ha sido probada en varias escalas, particularmente en el sur de Francia, donde el clima cálido y seco justifica plenamente su uso. Desde 2009, es objeto de un programa de investigación denominado "Sun Agri", realizado conjuntamente por el Instituto Nacional de Investigaciones Agronómicas (INRA) y la empresa francesa Sun R, especializada en energía solar fotovoltaica. En 2018, la firma inauguró la primera central eléctrica agrivoltaica en una finca vitivinícola en los Pirineos Orientales, un dispositivo que servirá como una experiencia a gran escala. Los paneles se instalan a una altura de 4,5 metros y se controlan automáticamente mediante un algoritmo que gestiona su inclinación según las necesidades lumínicasPlanta. La estructura también integra la estructura de riego.

Según expertos y agricultores fotovoltaicos, esta técnica bien podría superar uno de los callejones sin salida de las energías renovables en Francia: el conflicto entre la instalación de los equipos necesarios para la producción de energía y otras actividades en el mismo perímetro. Por ejemplo, un proyecto para instalar parques eólicos frente a la bahía de Saint-Brieuc provocó recientemente el descontento de los profesionales de la pesca, quienes argumentaron que la transición energética no debería entorpecer ni comprometer sus prácticas.

Francia se queda atrás en renovables

Sin embargo, en términos de energías renovables, Francia ya está atrasado en sus objetivos . Es cierto que su participación está aumentando en la producción total, pero a un ritmo insuficiente para respetar la hoja de ruta marcada por la programación energética plurianual (PPE). En particular, el sector fotovoltaico debería ver su capacidad aumentada entre 35 GW y 44 GW para 2028, mientras que las proyecciones actuales muestran alrededor de 18 GW. Incluso si se da un impulso a la producción, la superficie necesaria para este crecimiento sigue siendo difícil de encontrar. Como se recuerda a La Croix Bruno Bensasson, consejero delegado de EDF Renouvelables, eso "equivale a instalar 3.000 MW al año. A un ritmo de 1 MW por hectárea, debemos por tanto encontrar alrededor de 160.000 hectáreas en ocho años".

Por lo tanto, el agrivoltaísmo, aún subdesarrollado, apenas comienza a adquirir un marco legal . El 19 de enero se puso la primera piedra de la carta de buenas prácticas firmada por la FNSEA, la Asamblea Permanente de Cámaras de Agricultura y EDF Renouvelables. En el centro de los temas del acuerdo, precisamente, la cuestión de las tierras agrícolas . Miles de hectáreas de tierra desaparecen cada año bajo la presión de la urbanización y la producción de energía. Por tanto, el agroturismo podría contribuir a contrarrestar este fenómeno aportando, además, valor añadido a determinados sectores agrícolas en dificultades financieras.

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