uego de interrumpir el normal funcionamiento del puerto de Bahía Blanca por trece días, un grupo de camioneros ocasionaron una pérdida millonaria estimada en US$76 millones. El paro, encabezado por trabajadores “autoconvocados”, imposibilitó la carga de 276.100 toneladas en las embarcaciones, poniendo en jaque toda la cadena de valor agroindustrial.
La medida de fuerza es impulsada por la Unión Nacional de Transportistas y Afines (Untra) y Transportes Unidos de Argentina (TUDA), con el objetivo de lograr una actualización de la tarifa. Lo cierto es que la protesta daña la comercialización de los cereales de invierno (trigo y cebada) y resiente la cadena de pagos.
En este sentido, la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca denunció que, gracias a la medida de fuerza, el número de camiones se redujo en un 94%, mientras diez buques se encuentran afectados en el Puerto de Bahía Blanca (ocho aguardan para entrar a cargar y dos esperan en los muelles, a la espera de completar la carga y poder zarpar).
Las entidades del agro exigen respuestas ya que, de no haber una resolución para el conflicto, se afectaría a diversas industrias, cortando la cadena de suministro y el ingreso de divisas.
Por su parte, Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores, denuncia un accionar ilegal por parte de este grupo de autoconvocados, ya que no contarían con representatividad ni personería jurídica. En la misma línea, Coninagro reclama la libertad de tránsito, comercio y trabajo.
Ante el pedido del sector, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se propuso como mediador. Mientras tanto, la medida de fuerza en las rutas cercanas a los puertos de Quequén y Bahía Blanca continúan vigentes.