e acuerdo a un informe de la agencia Reuters, la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) viene provocando serios problemas en la industria pesquera escocesa, que depende –en gran medida– de sus clientes dentro del continente.
Desde que el “Brexit” se oficializó en enero de este año, la exportación de langostinos, vieiras, ostras, langostas y mejillones a países vecinos como Francia, Bélgica y España se volvió cara, lenta y escasa. En este contexto, representantes del sector empiezan a dudar de la rentabilidad del negocio.
A instancias de la nueva regulación, con certificados sanitarios y declaraciones de aduana, la entrega de mercadería que antes demoraba un día, ahora puede tardar entre tres o más. Al respecto, Donna Fordyce, directora ejecutiva de Seafood Scotland, expresó que actualmente se exportan productos de mar perecederos de altísima calidad muy requeridos en todo el mundo. Sin embargo, si no llegan a tiempo, terminan siendo desechados como consecuencia de su fecha de caducidad.
Asimismo, según un reconocido exportador local, el papeleo por sí solo cuesta más de 800 dólares por día. De esta manera, aseguró que si el producto en cuestión es demasiado caro, los clientes optarán por adquirirlo de otro proveedor. En la misma línea, Fordyce anticipó que es posible que dichas medidas destruyan por completo un mercado considerado como “vital” dentro de la economía escocesa.
El escenario adquiere otro valor si se tiene en cuenta que el pueblo votó en contra del Brexit en todo momento. Recientemente, la primera ministra Nicola Sturgeon denunció que el acuerdo perjudica los intereses de la nación y genera altos costos para el sector pesquero local. Tanto ella como el resto de los representantes del rubro exigieron medidas para encontrar una solución lo más rápido posible.