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stamos a punto de comenzar una nueva década que surge de las cenizas de las disrupciones socioeconómicas sin precedentes de Covid-19. Es una década crucial considerando que cada decisión empresarial determinará hasta dónde avanzamos en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas para 2030. La década actual también será testigo de la aceleración del concepto de capitalismo de las partes interesadas, lo que reducirá la idea de Milton Friedman de la primacía de los accionistas. A medida que las empresas comienzan a dar forma a sus estrategias de sostenibilidad, es necesario reflexionar sobre las principales prioridades de sostenibilidad para el continente asiático. Solidaridad tiene décadas de experiencia en sostenibilidad trabajando con cientos de empresas en un extremo y millones de agricultores y trabajadores en las bases. Basado en aquellos que aprenden,
El mundo se está volviendo rápidamente desigual y la desigualdad se aceleró en la última década después de la crisis financiera de 2008-09. La mayoría de los economistas aceptan ahora ampliamente que la forma actual del capitalismo beneficia solo a los ricos. Cuarenta y dos personas poseen ahora la misma riqueza acumulada que los 3.600 millones de personas más pobres del planeta. En la nueva década, se espera que las empresas desempeñen un papel fundamental en la solución de esta creciente desigualdad. Hacerlo no será una caridad, sino una decisión comercial sensata. La creación de prosperidad rural es necesaria para aumentar los mercados urbanos saturados de clase media para impulsar el crecimiento. Por ejemplo, las grandes corporaciones podrían apoyar a los trabajadores y las empresas de propiedad de los agricultores de tres maneras: mediante el abastecimiento preferencial, precios justos y transparentes y mediante crédito e inversiones.
McKinsey ha informado que las mujeres contribuyen solo con el 17 por ciento del PIB de la India y estima que la India podría agregar $ 700 mil millones a su PIB en 2025 al cerrar esta brecha. Las estimaciones actuales sitúan la tasa de participación femenina de la India en la economía formal en solo el 24%, una de las más bajas de los países en desarrollo. En Asia, las mujeres rurales dirigen cada vez más empresas con éxito. Sin embargo, sus contribuciones socioeconómicas y su potencial empresarial siguen siendo en su mayor parte desconocidas y sin explotar. Las alianzas disruptivas entre el sector público, el privado y la comunidad (PPC) serían cruciales para estimular y mejorar las mujeres empresarias para que se unan a la economía formal.
En la última década, el concepto popular fue duplicar la producción de alimentos por cualquier medio para alimentar a los 9 mil millones de habitantes del mundo. La agricultura orgánica y la agricultura regenerativa fueron desacreditadas como un concepto poco científico y poco realista que conduciría a más requisitos de tierras forestales para cultivar alimentos. Desafortunadamente, la intensificación de cultivos no ahorró tierra para la naturaleza ni aumentó significativamente los ingresos de los agricultores. En cambio, según las Naciones Unidas, las prácticas agrícolas intensivas han desertificado alrededor de mil millones de acres de tierras agrícolas. La buena noticia es que esto se puede revertir mediante la restauración de ecosistemas y la agricultura regenerativa. La agricultura regenerativa reconstruye la salud del suelo al restaurar su contenido de carbono, impactando positivamente la salud de las plantas, la nutrición y la productividad agrícola. Un suelo sano absorbe más CO2 del que emite, mitigar el cambio climático. Las empresas alimentarias innovadoras deben unir fuerzas con las ONG para crear el caso comercial y la demanda de los consumidores de productos regenerativos certificados en toda la cadena de valor.
El aire, el agua y los desechos sólidos crearán nuevos desafíos y oportunidades comerciales: la contaminación representa actualmente uno de los desafíos más importantes para la salud pública y los derechos humanos, y afecta de manera desproporcionada a los pobres y los vulnerables. La exposición a la contaminación del aire, el suelo y el agua es responsable de aproximadamente el 40% de las muertes en todo el mundo. Las empresas requerirán cada vez más medir el impacto de la contaminación en su cadena de suministro a través de auditorías periódicas. Los programas para reducir y eventualmente erradicar la contaminación en la cadena de suministro deben hacer un seguimiento de tales auditorías. Además, el costo de la eliminación de desechos aumentará sustancialmente en los próximos años. Por lo tanto, sería pertinente que las empresas reduzcan el volumen de desechos que llegan al vertedero por un lado y conviertan los "desechos" en productos productivos por el otro.
Esta década sería decisiva para las energías limpias. En ese proceso, las baterías de energía solar probablemente ganarían sobre los biocombustibles. Una central eléctrica de biogás de 1 MW utiliza alrededor de 12.000 toneladas de biomasa por año producidas en 300 hectáreas de tierra. Por el contrario, un panel solar puede ocupar 6 hectáreas para producir tanta energía como esa central eléctrica de biogás, ¡y lo haría a la mitad del costo! La industria automotriz juega un papel fundamental en esta transición al cambiar de vehículos de combustibles fósiles a vehículos que funcionan con baterías de vehículos eléctricos (EVB). El mercado explosivo de los coches eléctricos requiere el suministro de grandes volúmenes de EVB. Sin embargo, las empresas deberán colaborar con asociaciones de ONG para abordar los enormes desafíos ambientales y de derechos humanos en torno al suministro de materiales para baterías como el cobalto y el litio.
la automatización hará que la subcontratación de la fabricación a lugares distantes para beneficiarse de los trabajadores baratos sea cada vez más irrelevante. Los robots y las máquinas de autoservicio reemplazarán muchas de las tareas que actualmente realizan los empleados humanos a menores costos y mayor eficiencia. Maruti Suzuki India Ltd ya tiene un robot por cada cuatro trabajadores en sus plantas de Manesar y Gurgaon. Hoy en día, los robots pueden coser camisetas a 22 piezas por segundo, a un costo de 0,33 centavos por camiseta, que es mucho más barato y más rápido que los 2,10 dólares producidos por los trabajadores en Bangladesh. Al mismo tiempo, la tecnología también crea nuevos trabajos altamente calificados. Es un área en la que las empresas podrían unirse con las ONG y el gobierno para capacitar a los trabajadores con nuevas habilidades y conseguir empleo en trabajos de alta tecnología.
El bloqueo de Covid-19 ha intensificado nuestra dependencia de Internet y las tecnologías de la comunicación (TIC). Las aplicaciones móviles y las redes sociales están cambiando la forma en que vivimos, trabajamos y nos comunicamos. El valor de los activos de información nunca ha sido tan grande. Según la Comisión Europea, para 2020, el valor de los datos personalizados, solo una clase de datos, será de un billón de euros, casi el 8% del PIB de la UE. Muchos consideran que los datos son más interesantes y valiosos que incluso una moneda como el dólar. La penetración masiva de datos en todas las esferas de la vida humana, su valor financiero aumentado y su posible uso indebido crearía un movimiento de base para el Comercio Justo en los datos. Las empresas requerirían seguir un estatuto ético para la adquisición y el comercio de datos, al tiempo que compensarían de manera justa a los proveedores de datos individuales por el valor generado a partir de los datos.
Los estándares voluntarios de sostenibilidad alcanzaron su punto máximo en la última década. El Ecolabel Index, el directorio mundial más grande de ecoetiquetas, enumera actualmente más de 460 etiquetas en 80 sectores diferentes que operan en 180 países. Pero ahora se reconoce ampliamente que las normas voluntarias no han logrado generar impactos a gran escala. El Covid-19 ha acelerado la demanda de transparencia radical más allá de las afirmaciones de certificación, particularmente en la industria alimentaria y de la confección. Ya en India, Happy Banana, la marca de frutas de Desai Fruits Venture Pvt Ltd (DFV), ha comenzado a implementar la solución de código QR FarmTrace en la fruta para ayudar a los consumidores a rastrear el viaje de la fruta desde la granja hasta la mesa. De manera similar, el mercado municipal de Guangzhou en China utiliza el sistema de trazabilidad basado en cadenas de bloques que proporciona información sobre la granja, detalles del agricultor, y tiempo de cosecha del producto. La quinta generación de expansión de la tecnología de redes celulares (5G) en la presente década eliminará las auditorías humanas basadas en la raíz cuadrada y llevará las iniciativas de transparencia digital al siguiente nivel.
Los enfoques de la cadena de valor para la sostenibilidad crearon islas de éxito, pero no pudieron alcanzar la escala para transformar diferentes sectores. En esta década, seremos testigos de un aumento en el enfoque regional de la sostenibilidad. Ya es visible en el Pacto Verde de la Unión Europea para un sistema alimentario sostenible en toda la UE para 2023. La Iniciativa Africana del Aceite de Palma (APOI) de 10 países africanos productores de aceite de palma ha desarrollado principios de desarrollo sostenible del aceite de palma para la región. De manera similar, en Asia, los países productores de té han desarrollado una Tea Asia Alliance para establecer un marco de sostenibilidad común en el té. La Red Asiática de Aceite de Palma Sostenible (ASPN) reconoce mutuamente los marcos nacionales de sostenibilidad para el aceite de palma en India, China, Indonesia y Malasia. Las empresas se beneficiarían al comprometerse con estos marcos regionales de sostenibilidad. Crearía un campo de juego nivelado, reduciría los costos de sostenibilidad e incrementaría el comercio de productos sostenibles hacia la transformación del sector.
En una encuesta reciente, India resultó ser el tercer país más afectado por la epidemia de obesidad, después de China y Estados Unidos. Las tasas de obesidad y otros problemas de salud están aumentando entre los pobres que están siendo empujados hacia dietas poco saludables por los precios. Es una realidad cuando visita cualquier tienda de comestibles: la comida más sana es más cara y la comida chatarra es mucho más barata. Sin embargo, la mitad de la población mundial que vive con menos de 5,50 dólares al día representa un mercado de consumidores vibrante. Durante la última década, las empresas de bienes de consumo humano crearon modelos con fines de lucro de vender champús y cremas de belleza asequibles pero aspiracionales a los pobres. En la presente década, las empresas de alimentos tienen la oportunidad de perturbar los mercados de comida chatarra al proporcionar alimentos saludables y nutritivos asequibles pero aspiracionales a los pobres aspirantes. Las posibles recompensas incluyen crecimiento,
La década de 2020 está preparada para convertirse en una década de disrupción en el campo de la sostenibilidad. En el período posterior a la pandemia de Covid, muchos análisis sugieren que Asia desempeñaría un papel decisivo en la recuperación económica mundial. El 43% de las empresas más grandes del mundo (por ingresos) ya tienen su sede en Asia. Los ciudadanos de Asia exigirían un mayor compromiso de estas empresas con la comunidad, el consumidor y el planeta. Las empresas pueden hacer bien en mirar más allá de la sostenibilidad tradicional desde la perspectiva de la gestión de la reputación, el riesgo, el ahorro de costes y el posicionamiento de la marca. La próxima década puede ser sobre una visión compartida para crear una sociedad nueva, más resistente, saludable e igualitaria que viva en equilibrio con la naturaleza.
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