ado que la Tierra está más caliente en el ecuador que en los polos debido a la diferente distribución de la radiación solar, existe un gradiente de temperatura que, para decirlo en términos simples, hace que la circulación atmosférica transporte energía hacia los polos. Los cambios en esta diferencia de temperatura relacionada con el reparto de la radiación solar influyen a su vez en la circulación atmosférica y, por tanto, también en los patrones de precipitación regionales.
El equipo internacional de Michael Deininger, del Instituto de Geociencias adscrito a la Universidad Johannes Gutenberg en Maguncia, Alemania, investigó cómo han cambiado los sistemas climáticos regionales desde el comienzo del actual período interglacial, hace unos 10.000 años, y qué conclusiones pueden extraerse de ello.Los autores del nuevo estudio se interesaron particularmente en la cuestión de si es posible aprender del pasado para predecir el futuro.Los resultados de la nueva investigación indican que, con el nivel actual de calentamiento global, el gradiente de temperatura entre el ecuador y los polos se está reduciendo, sobre todo debido al hecho de que el calentamiento en el Ártico tiene un efecto particularmente marcado.
Esto a su vez puede debilitar los vientos del oeste en las latitudes medias del hemisferio norte, causar un monzón sudamericano más débil y un monzón africano más fuerte, y al mismo tiempo conducir a niveles de precipitación más bajos en la zona de lluvias de verano del sudeste de África.
Las consecuencias de todo esto podrían ser cambios en los patrones regionales de precipitaciones, que podrían causar sequías en algunas zonas e inundaciones en otras.
El estudio se titula “Inter-hemispheric synchroneity of Holocene precipitation anomalies controlled by Earths latitudinal insolation gradients” y se ha publicado en la revista académica Nature Communications.
Noticias de la ciencia